Si hay algo que hace de las cucarachas unos seres únicos es su enorme capacidad de adaptabilidad en ambientes que le son tremendamente hostiles. Gracias a ello han sido capaces de sobrevivir en nuestro planeta durante 300 millones de años, y seguramente seguirán aquí cuando la humanidad se haya ido. Pero mientras tanto, estamos condenados a sufrirlas. Estos insectos pueden constituir un problema de salud importante. Son portadoras de diversas bacterias y pueden contagiar salmonelosis, afecciones intestinales como la diarrea, disentería, gastroenteritis, fiebre tifoidea, cólera, (…) incluso pueden desencadenar crisis asmáticas.
Pero lo peor de todo es que los ambientes urbanos proporcionan el hábitat perfecto para la vida y la proliferación de las cucarachas. Por lo que es muy común que grupos de cucarachas traspasen las fronteras de nuestro hogar… con la esperanza de encontrar suficiente materia orgánica como para alimentarse un día más. Y en esta situación, no podemos permitirnos ni un segundo de reflexión. Tenemos que ponernos manos a la obra. Nos han declarado la guerra y es nuestra obligación responder al fuego con fuego.
Las cucarachas son unas de las plagas de insectos más comunes. Y aunque en el mundo se cree que existen, aproximadamente, 500 géneros de cucarachas, las cuatro especies más comunes en España son la cucaracha alemana, la cucaracha oriental, la cucaracha americana y la cucaracha con banda marrón. Para prevenir la aparición de estos insectos es necesario mantener una buena higiene. Esto incluye limpiar regularmente las áreas de almacenamiento de alimentos, mantener los pisos y encimeras limpios y secos.
Pero ni con toda la limpieza del mundo podremos asegurar que no van a volver a entrar en nuestro hogar. Además, también tenemos que sellar grietas y huecos donde puedan entrar las cucarachas, almacenar la basura en recipientes cerrados y utilizar productos específicos para ahuyentarlas. Aunque también tenemos otra opción que es más económica y más natural que los productos específicamente formulados como repelente de cucarachas: podemos utilizar ajo. Puede sonar un poco raro, pero es 100% efectivo:
Lo que haremos será poner 4 o 5 dientes de ajo en una olla con abundante agua y los dejaremos hervir hasta que alcancen el punto de ebullición. Una vez que el agua haya alcanzado el hervor, dejaremos que hierva por 5 minutos, retiramos la olla del fuego y dejamos que se enfríe un poco. Una vez que el líquido esté tibio, lo meteremos en un aerosol y rociaremos los lugares donde creemos que pueden estar las cucarachas, prestando atención a los sospechosos habituales, como el cajón de debajo del fregadero (que es donde solemos poner el cubo de basura); pero también en rincones, grietas, detrás de electrodomésticos, etc. Este método no solo ahuyentará a las cucarachas, sino que también ayudará a prevenir su aparición en el futuro.