«Mi Pobre Angelito» es sinónimo de Navidad: las travesuras de Kevin McCallister ya forman parte de un ritual global. Chris Columbus dirigió las dos entregas icónicas (1990-1992) que convirtieron a Macaulay Culkin en estrella. Pese a las secuelas fallidas sin su participación, el filme original sigue dominando diciembre en pantallas de todo el mundo, demostrando que su magia es atemporal.
En entrevista con Entertainment Tonight, Columbus confesó su asombro: «Queríamos que la gente disfrutara la película 20 años después, pero no sabíamos que sería una locomotora imparable». Sin embargo, fue contundente: «Deberían dejarla en paz». Su declaración es un rechazo directo a presiones de estudios que buscan capitalizar la nostalgia, especialmente tras el fracaso de «Mi Pobre y Dulce Angelito» (2021).
Tras la salida de Columbus y Culkin en 1992, la franquicia decayó. «Mi Pobre Angelito 3» (1997), «Mi Pobre Angelito 4» (2002) y «Mi Pobre Angelito 5» (2012) pasaron sin gloria. La versión 2021 de Disney+ —sin conexión argumental— fue criticada por «vacía» y «oportunista». Ninguna logró capturar el espíritu original, confirmando que la fórmula secreta murió con el tándem director-protagonista.
Columbus insiste en proteger su obra: «Hollywood no entiende que algunas historias tienen un final». Mientras fans piden preservar la pureza del clásico, estudios insisten en reinvenciones. Pero sin el sello creativo del director ni el carisma de Culkin —hoy retirado de Hollywood—, cualquier intento parece condenado a repetir los fiascos del pasado.