Se cumplieron ya 35 años desde que Pretty Woman irrumpió en la gran pantalla y se instaló como una de las comedias románticas más reconocidas del cine estadounidense. La cinta, protagonizada por Julia Roberts y Richard Gere, narraba la historia de Vivian, una joven prostituta que entabla una relación con Edward, un exitoso empresario.
Lo que comienza como un acuerdo económico, pronto se transforma en una historia de amor que, pese a su planteamiento controvertido, dejó una huella imborrable tanto en el cine como en la moda.
El estreno, fechado el 23 de marzo de 1990, marcó un antes y un después en la carrera de Roberts, quien se convirtió en una superestrella internacional. Aquel vestido de lunares que Vivian usaba para asistir a un partido de polo fue replicado hasta la saciedad por distintas firmas, símbolo de una estética que se volvió icónica en los años 90.
Tal como ha sucedido recientemente con Anora, ganadora del Óscar en 2025 y también señalada por su tratamiento de la prostitución, Pretty Woman ha sido objeto de análisis por su enfoque edulcorado de una realidad dura y compleja. Diversas voces han señalado los riesgos de romantizar la prostitución y perpetuar estereotipos sobre el lugar de la mujer en la sociedad.
La propia Julia Roberts ha expresado su escepticismo sobre la posibilidad de que un proyecto como ese se produjera en el contexto actual. En una entrevista concedida a The Guardian en 2019, la actriz fue clara al respecto: “No creo que pudiera hacerse esta película ahora”.
Sin embargo, también mostró comprensión hacia quienes siguen disfrutando del filme: “Hay muchas cosas que se podrían omitir, pero no creo que eso le impida a la gente disfrutarla”.
Tres años después, en una conversación con Vanity Fair, Roberts profundizó en su percepción del paso del tiempo y su efecto sobre las producciones culturales: “Hay muchas películas que, vistas en la actualidad, nos llevarían a hacernos preguntas, a cuestionar el clima de la época en que se hicieron. Incluso si viéramos hoy algunos programas de televisión de cuando yo era joven, nos asombraríamos de lo mucho que nos podían hacer reír algunas cosas. Pero precisamente por ese motivo seguimos contando historias diferentes. Los tiempos cambian”.
Con información de Infobae