|| César Méndez Campero
En el comienzo de su última visita a América del Sur, durante su gira de despedida, en la ciudad brasileña de Manaos, Kiss tuvo que detener el concierto del pasado miércoles debido a que su bajista Gene Simmons se sintió mal repentinamente.
Mientras interpretaban la canción “Say Yeah”, “The Demon” tuvo que terminar sentado en una silla, mientras Paul Stanley, guitarrista y vocalista, le decía a la multitud presente “vamos a tener que detenernos para atenderlo, porque lo amamos, ¿verdad?” Seguidamente la multitud aclamó al músico, al corear su nombre, mientras “The Starchild” prometía que volverían en breve.
Más tarde regresaron al escenario, con Simmons ya repuesto. Completaron el set con otras 17 canciones sin más contratiempos.
La prensa brasileña especula que el malestar pudo haberse originado debido a las altas temperaturas en Manaos (31° C), además que el músico de 73 años de edad, lleva maquillaje en la cara, viste un pesado vestuario con enormes botas y toca rodeado de fuego, luces y humo.