Conmemoraremos este 1 de Mayo el Día del Trabajador. Y conmemoraremos porque en Venezuela los trabajadores no tienen nada porque celebrar.
La fecha es emblemática ya que recuerda las luchas de los trabajadores por sus derechos laborales y sociales en todo el mundo y en especial a “los mártires de Haymarket” que a raíz de los acontecimientos ocurridos en el Chicago de 1886, cuando lideraron las protestas de miles de trabajadores estadounidenses exigiendo una jornada laboral de ocho horas y mejoras salariales, fueron encarcelados y condenados a muerte.
El 1 de mayo es día de la solidaridad obrera y un recordatorio de la importancia de los derechos laborales. Es un día para reflexionar sobre las condiciones de trabajo, las desigualdades económicas y sociales, y la necesidad de garantizar un trato justo y digno para todos los trabajadores, sin importar su ocupación, género, raza o posición social.
Sueldos y salarios dignos, también jubilaciones y pensiones, condiciones laborales seguras, derechos sindicales y protección social fueron reclamo ayer y continúan siendo hoy.
¡Aumento de Sueldos ya! ¡Bono no es salario! es el justo reclamo que en nuestro recorrido por Venezuela escuchamos una y otra vez.
Hoy, millones de trabajadores en el sector público y bastantes en el sector privado reciben el salario mínimo oficial que es de Bs. 130 equivalentes a esta hora a US $ 3,58. Investigando un poco encontré que los obreros de Chicago, cuando salieron a la calle en reclamo por menos horas de trabajo y una mayor remuneración recibían como pago promedio US $ 2 al día, es decir que hace casi 140 años un obrero estadounidense percibía en dos días más de lo que uno nuestro en un mes.
Para quienes justifican con bonos la miserable remuneración salarial sobra recordarles que no tienen impacto alguno en conceptos fundamentales como vacaciones, aguinaldos y prestaciones sociales tan importantes en la vida de cualquier trabajador.
Hasta Cuba y Haití, dos de los países más pobres del continente, pagan sueldos y salarios casi diez veces mayores en el caso de los obreros cubanos y treinta veces más los haitianos.
He afirmado y ratifico que electo Presidente de la República mi primer decreto será un aumento significativo de sueldos, salarios, jubilaciones y pensiones -lo juro por Dios- para que se dé cumplimiento a las previsiones constitucionales que garantizan una existencia digna para las familias de nuestros trabajadores.
El 1 de Mayo de 2025 será muy diferente para los trabajadores venezolanos: ese día si tendrán motivos para celebrar.