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sábado 23, noviembre 2024

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Aprende a dominar tu ego y mantén tu equilibrio emocional

Ego es una palabra que proviene del latín y significa yo. A nivel psicológico, el término se utiliza para hacer referencia a la psíquica que permite al individuo reconocerse a sí misma y a su personalidad.

Para Freud, el ego es la instancia psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la moralidad y media entre los instintos del ello, los ideales del superego y la realidad del mundo exterior.

En otras palabras, el ego brinda una sensación de autoconfianza y autoestima. Cuando la persona goza de un ego saludable, le permite confiar en sus habilidades y capacidades, y ello le impulsa a alcanzar metas y superar desafíos.

¿Es bueno o malo el ego?

Como ocurre con todos los excesos, la falta de ego impide avanzar, aprender o divertirse por temor a las críticas. No lleva a ninguna decepción, pero tampoco a ninguna satisfacción,

Mientras que aquellas personas que tienen mucho ego se creen más importantes que otras y suelen ser personas presumidas, denigrantes, déspotas, narcisistas, que se creen superior al resto.

Por tanto, la clave está en mantener un ego positivo, porque conocen sus propias limitaciones y defectos, y saben cuidarse física y emocionalmente. Además, tienen la capacidad de alegrarse de los éxitos de los demás, así como de preocuparse por los otros y de escucharlos cuando es necesario.

¿Cómo dominarlo?

1. No te sientas ofendido. Lo que te ofende solo te debilita.

2. Libérate de la necesidad de ganar y de tener la razón. El ego es fuente de conflictos porque te empuja a hacer que los demás se equivoquen.

3. Evita creerte superior. La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que los demás.

4. Adiós a tu fama y a la necesidad de tener más. De nada te sirve los logros alcanzados, si no dominas tu ego, nunca será suficiente.

5. Tus logros no te identifican. Deja de creer que por cada logro alcanzado eres más o mejor persona que otros.

6. Sentir culpa o culpar a otros por lo que se hace o se siente, es prolongar la permanencia del ego.

7. Las comparaciones no te van a servir de nada.

8. Haz criticas constructivas acerca de ti mismo.

9. Acéptate y perdónate.

10. Piensa en positivo y ponte metas realistas.

11. Practica el altruismo.

Tal como hemos señalado, el ego impide aprender, avanzar y desarrollar el talento de la persona. El ego es un mal aliado, que hace la caída más dura, y más difícil la recuperación.

Por lo tanto, para alcanzar el bienestar y el equilibrio emocional es indispensable detectar cuáles son los punto fuertes y débiles, conocer y aprender de cada compañero con el que convive.

Es decir, todo esto permite definir el rol que se tiene y cómo puedes contribuir al grupo para así tener un impacto positivo y aportar el valor necesario.

¿Cuál es la clave? Encontrar el equilibrio, mantener el ego bajo control, aprovechar sus beneficios, y evitar perder el norte de sus objetivos, y de quienes le rodean.

 

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