La artritis infecciosa es un tipo de artritis producto de una infección proveniente de otra parte del cuerpo, la cual se disemina.
En otras palabras, es una infección en el líquido y en los tejidos de una articulación causada generalmente por bacterias, virus u hongos, y el síntoma principal es el dolor intenso en la articulación.
¿A quién afecta la artritis infecciosa?
Según diferentes investigaciones, esta afección puede afectar tanto a personas sanas como a personas con factores de riesgo, sin importar la edad.
Incluso, puede presentarse en los niños menores de 3 años de edad, y frecuentemente afecta la cadera debido a la bacteria estreptococos del grupo B.
Sin embargo, los adultos, sobre todo, los mayores, también pueden sufrirla y las articulaciones más afectadas son la rodilla, los hombros, el tobillo, el pie, la muñeca y el codo.
Síntomas
– Dolor intenso en la articulación afectada.
– Enrojecimiento e hinchazón de la articulación.
– Fiebre.
– Escalofríos.
– Imposibilidad para mover el área de la articulación infectada.
¿Qué causa la infección?
La infección responsable de la artritis infecciosa ocurre en la vejiga, la uretra o en el caso de las mujeres, en la vagina.
Tanto en hombres como en mujeres, es posible que comience por una bacteria transmitida sexualmente. No obstante, también puede ocurrir a causa de ingerir alimentos contaminados o infectados por bacterias.
Diagnóstico y tratamiento
En caso de que la persona comience a presentar los síntomas antes señalados, es imprescindible asistir a consulta médica para que le realice un chequeo general, pues los síntomas pueden confundirse con algo más.
Una vez en la consulta, el médico debe realizar exámenes de sangre, orina e incluso extraer líquido de la articulación que genera la molestia.
Una vez se realice el diagnóstico, se procederá a tratar con antibióticos por vía oral, e incluso es posible que se drene el pus de las articulaciones, de ser necesario.
También existe la posibilidad de que requiera cirugía, fisioterapia o entablillar la articulación para aliviar el dolor.
Por tanto, una vez se identifica la causa de la artritis infecciosa y se trata con los fármacos y las medidas pertinentes de manera temprana, el dolor y la inflamación desaparecen, e incluso se garantiza la función óptima de la articulación.