Una buena manera de aprovechar los beneficios de las hierbas que llevan las infusiones es tomarlas a diario, pero ¿tiene esto efecto positivo o negativo sobre los riñones? ¿O resulta indiferente?
Hay muchos motivos para escoger una infusión en lugar de cualquier otra bebida, por ejemplo la podemos elegir porque nos encanta su sabor. También puede ser por ‘descarte’, tal y como sucede cuando queremos reducir la cantidad de cafeína que tomamos, aunque en algunas ocasiones las tomamos por los beneficios que puede aportar a nuestra salud, como en los casos de malestar digestivo, si queremos que nos ayude a relajarnos y dormir o aliviar dolores musculares.
Hay tantas infusiones que (casi) siempre podemos encontrar alguna que nos ayude a sentirnos mejor. Pueden aportarnos muchos beneficios, pero conviene tener en cuenta los posibles riesgos de su consumo.
Conviene empezar señalando que, salvo casos excepcionales o en los que exista alguna enfermedad concreta, el consumo moderado de infusiones no tendría por qué tener inconvenientes para nadie. Es cierto que la mayoría de ellas contribuyen a mejorar la digestión y ayudan a evitar la retención de líquidos gracias a sus propiedades diuréticas, pero esto no debería ser un problema si, como decimos, se consume con moderación y en el marco de una dieta equilibrada y variada.
Un consumo excesivo sí que podría llegar a causar algún problema, principalmente por las cualidades diuréticas que acabamos de mencionar, porque podrían llegar a sobrecargar los riñones, haciendo que trabajen en exceso para poder procesar y excretar el exceso de líquidos, Si eso se mantiene en el tiempo, podría producirse una pérdida de minerales esenciales excesiva lo que podría alterar el equilibrio del organismo.
También podrían darse algunos problemas en el caso de favorecer una infusión concreta, es lo que sucede si tomamos excesivas cantidades de té negro, que contiene oxalatos. Estos pueden contribuir a la formación de cálculos biliares si se toman en gran cantidad. Además, hay algunas hierbas que no conviene tomar en caso de enfermedad renal, como pueden ser el jengibre, la verbena, el aloe o el ginseng, entre otras. Ante cualquier duda, siempre lo mejor es consultar con nuestro médico antes de establecer grandes cambios en nuestra alimentación, sobre todo en caso de enfermedad o de estar tomando un tratamiento médico que pueda tener incompatibilidades.
Cómo mantener sanos los riñones
Que los riñones funcionen bien es clave para que el cuerpo al completo pueda trabajar de manera correcta, por eso cuidarlos es esencial. Muchos son los factores que pueden ayudarnos a ello, desde una buena presión arterial a un control del nivel de azúcar en sangre, algo en lo que nuestros médicos pueden ayudaros. También hay algunas cosas que podemos hacer nosotros mismos, como intentar llevar una vida activa y hacer ejercicio de manera periódica, comer sano y equilibrado, o beber líquidos con regularidad y en las cantidades adecuadas (entre 1,5 a 2 litros de agua al día).
Si los riñones comienzan a funcionar mal, puede pasar un tiempo hasta que nos damos cuenta, la mayoría de las personas no tienen síntomas o no demasiado llamativos hasta que la enfermedad renal ya está muy avanzada, por lo que las personas que tengan un mayor riesgo deberán estar más pendientes de esto, por ejemplo, quienes tienen la presión alta, padecen diabetes o tienen antecedentes familiares de enfermedades en estos órganos.