El aumento sostenido de casos de diabetes tipo 2 y prediabetes demanda prestar atención a hábitos y estrategias que colaboren con el control glucémico. Factores como la alimentación, el ejercicio, el manejo del estrés, el descanso y el monitoreo regular resultan esenciales para mantener los valores de glucosa dentro de los parámetros recomendados. De esta forma se evitan complicaciones y mejoran la calidad de vida de quienes viven con esta condición o buscan prevenirla.
Síntomas de la diabetes tipo 2
La diabetes tipo 2 afecta a millones de personas en todo el mundo y suele avanzar de manera silenciosa durante años antes de ser detectada. Esta forma de diabetes se produce cuando las células dejan de responder de manera efectiva a la insulina, la hormona encargada de mantener en equilibrio el azúcar en la sangre.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en América conviven con esta enfermedad alrededor de 62 millones de personas, en un universo que alcanza los 422 millones.
“La diabetes tipo 2 suele presentarse en adultos con más de 40 años, muy relacionada al sobrepeso o a la obesidad, con un perímetro de la cintura abdominal medido en casa por encima de 80 cm en mujeres y 90 cm en hombres. También está asociada con otros factores de riesgo, como los triglicéridos altos e hipertensión arterial e hígado graso”, explicó a la BBC, José Agustín Mesa Pérez, médico endocrinólogo y presidente de la Asociación Latinoamericana de Diabetes.
Cómo bajar el azúcar en sangre
Mantener los niveles de glucosa dentro de rangos saludables resulta fundamental tanto para la prevención como para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Diversos estudios y consensos médicos coinciden en que la regulación del azúcar en sangre depende de un abordaje integral, donde el ejercicio, la alimentación equilibrada, el control del estrés y el monitoreo periódico desempeñan un papel estratégico.
Importancia de regular el nivel de glucosa
Evitar picos glucémicos recurrentes significa limitar la exposición a concentraciones elevadas de azúcar en sangre. Además, regular la glucemia colabora con la prevención de complicaciones cardiovasculares, renales y neurológicas a largo plazo. Entidades médicas y sociedades científicas enfatizan que el buen manejo del nivel de azúcar constituye una de las claves para evitar la progresión de la enfermedad y mejorar los indicadores metabólicos.
Ejercicio físico
El ejercicio regular contribuye de forma comprobada al descenso de la glucemia y mejora la sensibilidad a la insulina. Las actividades físicas como caminata, ciclismo, natación, levantamiento de pesas y baile permiten que los músculos utilicen de manera más eficiente la glucosa circulante.
Control de carbohidratos y dieta
La cantidad y tipo de carbohidratos influyen de manera directa sobre los niveles de glucosa. La recomendación de las asociaciones de diabetes pasa por moderar la ingesta de hidratos, priorizar los de bajo índice glucémico y planificar comidas equilibradas. Diversas investigaciones demuestran que quienes se ajustan a una dieta baja en carbohidratos logran una mejor estabilidad del azúcar en sangre a lo largo del tiempo.
Advertencias y cuidados en poblaciones especiales
Resulta clave adaptar cualquier estrategia a las particularidades de cada persona. Las mujeres embarazadas, quienes reciben medicación específica para la diabetes o presentan enfermedades asociadas deben consultar siempre al profesional de la salud antes de incorporar suplementos como vinagre de sidra de manzana, canela o fenogreco.
El abordaje individualizado asegura la seguridad y la eficacia del tratamiento, evitando efectos adversos y complicaciones adicionales.
Con información de Infobae
Función beta
Función beta
Función beta
Función beta
Función beta