En cada cumpleaños infantil, los niños disfrutan de una fiesta llena de juegos y, por supuesto, alimentos. Sin embargo, detrás de la alegría y el festejo se esconde un problema que importante: el alto aporte calórico que se consume en estos eventos.
Si se tiene en cuenta que un niño puede asistir a unos 20 cumpleaños al año, el aporte energético acumulado podría superar las 30.000 calorías anuales, lo que equivale a un aumento de peso de aproximadamente 4 kilos por año. Este exceso calórico es mayormente producto de alimentos y bebidas con bajo aporte nutricional.
El exceso calórico: un riesgo silencioso
En promedio, cada niño puede consumir entre 1.200 y 1.800 calorías durante un solo cumpleaños. Esto se debe principalmente a la ingesta de productos como tortas, golosinas, jugos industrializados, y otros alimentos ultraprocesados que, aunque sabrosos, son altos en azúcares, grasas saturadas y aditivos.
El acumulado anual
Si se multiplican estas ingestas calóricas por un promedio de 20 cumpleaños al año, el exceso calórico anual puede variar entre 24.000 y 36.000 calorías. Esto se traduce en un posible aumento de 3 a 5 kilos de peso corporal por año, si no se controlan esos excesos con una alimentación balanceada y actividad física adecuada.
“Cada 7.700 calorías adicionales que el cuerpo no quema se almacenan como grasa corporal, lo que refleja el aumento de peso anual en función de los excesos alimenticios”, explicó Raspini. Este incremento de peso puede generar una serie de complicaciones para la salud, entre ellas, sobrepeso y obesidad infantil, problemas que afectan al 43% de los niños en edad escolar en Argentina.
El aumento de peso debido a estos excesos alimenticios implica mucho más que un cambio en las cifras de la balanza. El tejido adiposo (grasa corporal) también provoca una inflamación en el organismo que altera el metabolismo. Esto afecta las señales de hambre y saciedad, creando un ciclo donde el niño sigue buscando alimentos ricos en azúcares y grasas no saludables, exacerbando aún más el problema.
Este patrón de alimentación, sumado a la falta de actividad física, es uno de los principales factores que favorece el desarrollo de la obesidad infantil.
Alternativas saludables para los festejos
Lejos de sugerir la eliminación de los festejos o las comidas tradicionales, desde PROFENI, cuyo objetivo es el estudio de la nutrición infantil y el desarrollo de propuestas para mejorar el perfil nutricional de productos alimenticios, se promueve una propuesta que aboga por el equilibrio y la creatividad. “Un cumpleaños saludable no tiene que ser menos divertido”, sostuvo la doctora Romina Lambert, médica especialista en pediatría y nutrición. “Solo necesitamos opciones nutritivas que sean igual de sabrosas y atractivas para los niños”.
Algunas de las sugerencias para renovar la mesa de cumpleaños incluyen:
- Palitos de zanahoria, pepino y tomatitos cherry con dips de yogur o hummus.
- Pinchos caprese con tomatitos cherry, cubitos de queso y albahaca.
- Pizzetas caseras con queso, tomate y huevo.
- Pochoclos caseros sin azúcar ni manteca, preparados con unas gotas de aceite neutro.
- Minisándwiches de pan integral con queso, vegetales, huevo y carnes magras.
- Brochettes de frutas frescas como banana, frutilla, melón, y uva.
- Gelatina con frutas sin azúcar agregada como opción de postre.
- Yogur con trozos de fruta y chips de chocolate.
Además de ofrecer opciones alimenticias más saludables, también es recomendable incluir juegos activos y momentos de movimiento para estimular el gasto energético y promover un vínculo positivo con el cuerpo. Este enfoque integral, que combina una mejor alimentación con actividad física, puede cambiar el paradigma de los festejos, creando un ambiente más saludable para los niños.
El rol de padres, docentes y organizadores
El cambio en los hábitos alimentarios depende de los organizadores de los eventos, tanto como los padres, docentes y cuidadores. Según María Elena Torresani, licenciada en Nutrición, “es esencial poner a disposición alternativas nutritivas y sabrosas en lugar de las tradicionales golosinas y alimentos ultraprocesados”.
En este sentido, es importante repensar no solo lo que se ofrece en los festejos, sino también los regalos. En lugar de ofrecer golosinas, se pueden considerar opciones como libros para colorear, útiles escolares, o incluso pequeños juguetes que incentiven la actividad física.
El cumpleaños infantil es un momento de celebración, pero también una oportunidad para reflexionar sobre el tipo de alimentos que se ofrecen. Desde PROFENI, los profesionales hicieron un llamado a repensar los festejos, proponiendo alternativas saludables y equilibradas que permitan disfrutar de los momentos de celebración sin comprometer la salud de los niños. La planificación, la creatividad y el equilibrio son la clave para hacer de un cumpleaños una fiesta divertida y nutritiva.
Con información de Infobae
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