La ictericia es la responsable que la piel de algunos bebés se torne color amarillo. Si alguna vez notas esta condición en un recién nacido debes saber que estás en presencia de un trastorno hepático, que incluso puede afectar la coloración del ojo.
Este trastorno es común en los recién nacidos, sobre todo en los bebés prematuros y según los expertos se debe a la falta de maduración en el hígado.
Lo que debes saber de la ictericia
Ictericia significa color amarillo de la piel y los ojos, y se produce porque sube la bilirrubina.
Aunque es más común en los bebés prematuros, también puede ocurrir en niños a término y la causa puede ser por alguna infección, medicamentos o trastornos de la sangre.
Los síntomas más comunes incluyen el color amarillo en la piel y en la parte blanca de los ojos, que aparecen pocos días después del nacimiento.
Cabe acotar que algunos niños y hasta adultos pueden tener la piel amarilla y en ocasiones se debe al alto consumo de frutas y verduras que contienen betacarotenos.
¿Por qué ocurre?
Como señalamos, la ictericia es la coloración amarilla de la piel y es ocasionada por la acumulación excesiva de un pigmento natural que hay en la sangre, llamado bilirrubina y que se produce, en todas las personas, por la destrucción de los glóbulos rojos.
La bilirrubina se elimina principalmente gracias a la acción del hígado y la luz solar favorece su degradación en la piel, razón por la cual los pediatras y neonatologos sugieren a los papás colocar a los bebés a llevar sol durante las primeras horas del día.
También se indica que el exceso de bilirrubina se elimina por la orina, dándole un color parecido al coñac.
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En el recién nacido
En este grupopuede considerarse normal si se mantiene dentro de ciertos límites y no dura más de unos pocos días o semanas; pues la ictericia se produce sobre todo por inmadurez del hígado en los prematuros.
Es habitual que el tono amarillo aparezca a partir del segundo día de vida y que el bebé sea dado de alta de la maternidad con la simple recomendación de que sea controlado por su pediatra de cabecera.
La ictericia neonatal, salvo casos extremos excepcionales, no deja secuelas y no se relaciona con enfermedades posteriores del hígado ni de otro tipo.
En los niños alimentados con lactancia exclusiva, la ictericia puede prolongarse algunos días más de lo habitual, sin que esto suponga ningún problema ni sea porque la leche materna le siente mal.
Por otra parte, la ictericia puede ser producida por una enfermedad, como es el caso de la incompatibilidad de grupo sanguíneo o de factor Rh entre la madre y el bebé.
En estos casos, la coloración amarilla de la piel aparece en las primeras 24 horas de vida y suele detectarse en la maternidad, antes del alta, donde necesitarán recibir tratamiento, en algunos casos de la enfermedad causal y siempre de la propia ictericia con lámparas de fototerapia.
Lactante y el niño mayor
La presencia de ictericia en niños de más edad es muy rara, suele ir acompañada de otros síntomas, y debe ser siempre motivo de consulta al pediatra que, de entrada, confirmará si se trata o no de este problema.
Si fuera así, deberá tomar cartas en el asunto para encontrar la causa y recomendar el tratamiento más adecuado.
En estos casos, la causa más frecuente es la hepatitis infecciosa; sin embargo, existen otras enfermedades del hígado o de la sangre capaz de provocar ictericia, por lo que conviene siempre estar alerta y consultar con el pediatra.
Recomendaciones
– Colocar al recién nacido a tomar sol en las primeras horas de la mañana.
– Colocar lámparas de fototerapia.
– Se sugiere que la madre consuma lechosa para que a través de la leche materna el bebé consuma sus nutrientes y esto le ayude a defecar y así eliminar la bilirrubina.
– En ocasiones es necesario el recambio de sangre; siempre orientado por los especialistas.
Con información de Diario 2001