La caída del cabello puede ocurrir por diversas razones, tanto temporales como permanentes. Entre las causas más comunes están los factores genéticos, como la alopecia androgenética, que es hereditaria y afecta a hombres y mujeres. También influyen cambios hormonales, como el embarazo, la menopausia o problemas de tiroides. El estrés físico o emocional puede provocar una caída temporal conocida como efluvio telógeno.
Asimismo, una alimentación deficiente en proteínas, hierro, zinc o vitaminas del grupo B debilita el folículo capilar. Enfermedades autoinmunes, ciertos medicamentos y tratamientos médicos, como la quimioterapia, también inciden.
ábitos como el uso excesivo de calor, químicos o peinados muy tirantes dañan el cabello y aceleran su pérdida. Incluso factores ambientales, como la contaminación, afectan su salud, y aunque no lo creas, la alimentación también puede ser determinante para un cabello abundante.
%203.40.02%20p.%20m..png?cw=909&ch=611)
Alimentos que causan la caída del cabello
Un estilo de vida saludable y una dieta equilibrada son fundamentales para mantener un cabello fuerte y saludable. Sin embargo, ciertos alimentos pueden agravar su caída:
Azúcares refinados pueden provocar un aumento del estrés oxidativo y reducir los niveles de vitaminas B y E, esenciales para el fortalecimiento capilar.
Los embutidos, especialmente los ricos en grasas saturadas, pueden elevar el colesterol y estimular la producción de testosterona. Esto favorece la aparición de sebo en exceso en el cuero cabelludo, lo que puede interferir en el correcto funcionamiento de los folículos pilosos.
El exceso de sal no solo puede dañar la salud cardiovascular, sino también debilitar la estructura del cabello y frenarlo, secándolo y acelerando su caída.
Los alimentos grasos no solo aportan grasas, azúcares y sal, sino que también estimulan la producción de testosterona y la hormona implicada en la alopecia androgénica.
El alcohol tiende a deshidratar el cuero cabelludo y los folículos pilosos, y además puede dificultar la absorción de minerales como el zinc, vital para regular la DHT.
Por último, pese a ser sano en general, el pescado de gran tamaño o el marisco, como el atún rojo o el pez espada, pueden acumular mercurio. Su ingestión frecuente en altas cantidades se ha relacionado con efectos negativos en la salud capilar.