Si hay algún tema del que nos interese saber, es importante informarnos y disipar los conceptos erróneos comunes en torno al mismo. En este caso, se trata del yogur, ese antiguo famoso lácteo que puede ser consumido en distintas presentaciones.
Es el preferido de muchos por sus propiedades, mientras que otros no lo ingieren por pensar que es negativo para su organismo. Pues bien, es necesario clarificar las ideas equivocadas y reconsiderar por qué es bueno, o no, para nuestra salud.
El yogur es obtenido mediante la fermentación bacteriana de la leche. En dicho proceso se incluyen diferentes cepas bacterianas (probióticos) que se coagulan y se encargan de descomponer la lactosa (azúcar de la leche), ingerirla y convertirla en ácido láctico, lo cual le da al yogur su sabor y textura tan particular.
Tomando en cuenta esto, la fermentación del yogur hace que no contenga lactosas, por lo cual las personas intolerantes a ella pueden consumirlo como alternativa para una dieta equilibrada.
Pese a que el yogur posee un alto valor nutritivo y es beneficioso para nuestro organismo, nuestra alimentación no puede basarse solamente en él, pues no contiene todos los nutrientes que se necesitan para mantener nuestra salud. Por lo tanto, la clave para una alimentación saludable es incluir una gran variedad de alimentos de forma equilibrada, evitando los excesos de cualquier tipo.
Secretos del yogur
Volviendo nuevamente al proceso de fermentación, por un lado, los niveles de acidez del yogurt dependen de él, pero por otro, la mayoría de los fabricantes produce yogures con bajos niveles de acidez a raíz de que para muchos consumidores el sabor ácido del yogur es percibido como un producto vencido, pero de hecho es falso que un yogurt ácido se encuentre caducado.
Todo lo contrario, a mayor ácido láctico, mayor vida útil del yogurt, pues aminora las posibilidades de desarrollo de bacterias patógenas. Los antibióticos también las combaten, pero al hacerlo matan a las bacterias buenas del intestino, además de ocasionar diarreas como efecto secundario.
Como mencionamos antes, el yogur contiene probióticos. Estos organismos vivos la restauran y ayudan a mantener en armonía la flora intestinal, por lo cual sí es cierto que su consumo mitiga los malestares ocasionados por los antibióticos. Además, hacen la digestión más fácil.
Suele ser recomendado para niños en crecimiento y personas mayores, pero también es un alimento adecuado para todas las edades y etapas de la vida; su fuente de calcio y vitamina D y su aporte de fósforo y zinc previenen la osteoporosis y contribuyen a la formación y fortalecimiento de huesos y dientes sanos. Sus bondades dentro de un estilo de vida deportivo se ven cuestionadas por el momento en que es consumido, pero la verdad es que no es relevante. Si lo ingieres antes de entrenar, aporta energías sin crear sensación de pesadez y, si lo ingieres después, sus proteínas ayudan a reparar los músculos tras el esfuerzo físico.
Normal o descremado, no hay ninguna prueba de que un yogur sea mejor que otro, en todo caso su consumo depende de la persona. Alguien que busque adelgazar, por ejemplo, preferirá el yogur normal, pues facilita la saciedad por su contenido de grasa y hará que la persona tienda a comer porciones más pequeñas. Por otro lado, debe tomarse en cuenta qué tanta azúcar contienen, lo que está contraindicado en pacientes diabéticos. El yogur descremado, en cambio, es el adecuado para aquellos que presentan riesgo cardiovascular, ya que mantiene el colesterol a niveles saludables.
Los aderezos son una buena opción para darle sabor a los ingredientes frescos y vegetales. No pasa nada si un aderezo está hecho solo de yogur y condimentos, más bien agrega proteínas a nuestra alimentación. En cambio, si el aderezo lleva mayonesa u otros aditivos, si es posible que haga engordar. El yogur acompañado de frutos secos o frutos rojos es ideal como saciante para no ganar peso, pero puede ocurrir lo contrario al añadirle toppings como trocitos de galleta o chocolate.
Tipos de yogur
Griego: el yogur griego filtra el suero líquido, mientras que el natural no lo hace, esta sería la razón por la cual el yogur griego suele tener una consistencia más espesa. Si tu duda va por cuál es más saludable, no tienes que preocuparte, ya que ambos productos son lo suficientemente saludables para integrarlos a tu dieta regular.
De soja: es un derivado de la soja que imita las propiedades físicas del yogur. Es apto para veganos puesto que no proviene de la leche animal y para intolerantes a la lactosa ya que carece de ella, aunque su desventaja ante el yogurt natural o griego es que su alto nivel de procesado no le brinda los fermentos activos y saludables para la flora bacteriana.
Helado de yogur: decir que el helado de yogur tiene las mismas propiedades del yogur es una verdad a medias, pues depende del fabricante. Algunos de ellos proporcionan al helado un sabor parecido al yogur, pero no contiene las bacterias ni las propiedades del yogur natural.
Con información de Diario 2001