El pescado es una fuente de proteína que contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita.
Además, contiene vitaminas A, B, E y D, omega 3, fosfato, yodo, zinc y calcio que ayudan a fortalecer los huesos, previene enfermedades, mejora la piel y el funcionamiento del aparato digestivo.
¿Cuándo comer pescado?
La recomendación de los expertos es consumir este alimento mínimo dos o tres veces a la semana para así poder aprovechar todas sus propiedades y beneficiar su salud.
Lo correcto es acompañarlo de una dieta con bajo contenido de grasas, para tener una buena salud cardíaca, por ejemplo.
Por otra parte, las mujeres en periodo de gestación deben comer pescado porque contiene nutrientes que ayudan al crecimiento y desarrollo del feto. Además, este alimento contribuye al desarrollo del sistema nervioso central y visual normal del bebé en gestación.
Incluso, estudios demuestran que una dieta rica en ácidos grasos omega 3, y particularmente rica en DHA, puede ayudar a disminuir la posibilidad de nacimiento prematuro, lo que da mayor tiempo al bebé para su desarrollo.
Es decir, este es uno de esos alimentos que no debería faltar en la dieta de la población en general, porque aporta vitaminas, minerales y ácidos poliinsaturados que el cuerpo necesita.
Importancia
Los pescados y mariscos son excelentes fuentes de proteínas con bajo contenido de grasas, más específicamente de grasas saturadas. Las grasas de estos alimentos son de alta calidad y fáciles de digerir para todas las edades, razón por la que son altamente recomendados.
En este sentido, su consumo además de fortalecer los huesos y mejorar la piel como señalamos, también ayuda a prevenir enfermedades crónicas, como las cardiacas, obesidad, sobrepeso y diabetes, entre otras.
De igual manera, reduce el colesterol y los niveles de azúcar en la sangre, fortalece la musculatura y previene la osteoporosis. Contribuye a la asimilación del calcio en intestinos y reabsorción del mismo en el riñón, lo cual favorece la mineralización de huesos y dientes.
Ayuda al correcto funcionamiento del sistema nervioso y muscular. También reduce la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo, disminuye los sofocones, previene la pérdida de visión y frena los signos de envejecimiento.
Con información de Diario 2001