En la imaginación colectiva, la idea de tener placas solares en casa promete independencia energética frente a cortes de luz masivos. Sin embargo, el gran apagón que afectó a España, Portugal y parte del sur de Francia puso a prueba esa percepción.
Muchos usuarios que confiaban en sus sistemas solares se encontraron con la amarga sorpresa de que sus hogares también quedaron a oscuras, a pesar del sol radiante y su tecnología ecológica.
La explicación no es tan obvia y se concentra en dos elementos fundamentales: el tipo de inversor instalado y la presencia (o ausencia) de baterías.
El secreto para mantenerse operativo durante un corte de suministro está en disponer de un sistema preparado para el “modo isla” o “modo backup”. Para ello, es indispensable contar con un inversor híbrido que permita la desconexión segura de la red pública y gestione la energía de forma autónoma dentro de la vivienda. Además, se requiere de un banco de baterías capaz de almacenar la energía solar generada durante las horas de sol para su uso posterior.
Sin un inversor híbrido y sin baterías, el sistema queda inútil cuando falla la red. No importa cuántos paneles estén instalados ni cuánta radiación solar haya disponible. Sin estos componentes específicos, las placas solares no pueden seguir proporcionando electricidad en caso de apagón.
La configuración que permite el funcionamiento independiente supone un coste más elevado que una instalación tradicional. No solo hay que adquirir el inversor híbrido, también instalar baterías compatibles, calcular correctamente la capacidad necesaria y prever el consumo energético del hogar.
Durante el apagón, millones de personas vieron interrumpidas sus actividades cotidianas. Transportes, hospitales, comercios y hogares quedaron afectados.
Contar con paneles solares es un paso importante hacia un consumo energético más sostenible. Sin embargo, para garantizar independencia real durante cortes de electricidad, es necesario ir más allá.
Con información de Infobae