Un trozo de plástico que desaparece en agua de mar en apenas una hora podría marcar un antes y un después en la lucha contra la contaminación oceánica.
Investigadores japoneses han presentado un avance que promete transformar la relación de la humanidad con los plásticos: un material que se descompone completamente en agua salada en cuestión de horas y no deja residuos, según informó Mindfood.
Este desarrollo, liderado por el Centro Riken para la Ciencia de la Materia Emergente y la Universidad de Tokio, abre una nueva vía para combatir uno de los problemas ambientales más urgentes del planeta.
Composición del plástico
El nuevo plástico degradable desarrollado por el equipo japonés representa un salto significativo respecto a los materiales biodegradables existentes. De acuerdo con Mindfood, mientras que otros plásticos requieren meses o incluso años para degradarse, este material se desintegra en agua de mar en apenas unas horas.
La clave de este avance radica en su composición y en la reacción que se produce al entrar en contacto con la sal. Takuzo Aida, líder del proyecto e investigador principal del Centro Riken, explicó que el material mantiene una resistencia comparable a la de los plásticos derivados del petróleo.
Innovación técnica y compromiso científico
El desarrollo de este plástico biodegradable responde no solo a una necesidad tecnológica, sino también a un compromiso ético con las generaciones futuras. “Los niños no pueden elegir el planeta en el que vivirán. Es nuestro deber como científicos garantizar que les dejemos el mejor entorno posible”, afirmó Takuz.
El interés generado por el descubrimiento ha sido considerable, especialmente entre empresas del sector del embalaje. No obstante, el equipo de investigación ha aclarado que, por el momento, no existen planes detallados para la comercialización del producto. La prioridad sigue siendo perfeccionar el material y garantizar su viabilidad en diferentes contextos de uso.
Perspectivas y próximos pasos
Actualmente, el equipo de investigación del Centro Riken y la Universidad de Tokio continúa trabajando en la optimización del material. Una de las líneas prioritarias es el desarrollo de métodos de recubrimiento que permitan utilizar el plástico en aplicaciones convencionales sin perder su capacidad de degradación rápida en ambientes salinos.
La innovación japonesa ofrece una esperanza tangible en la lucha contra la contaminación oceánica, al tiempo que plantea nuevos retos para la ciencia y la industria. El trabajo se perfila como un referente en el desarrollo de materiales sostenibles, con el potencial de contribuir de manera decisiva a la protección de los océanos y la vida silvestre.
Con información de Primicia