China ha inaugurado las instalaciones para el sistema de propulsión magnética más potente del mundo, capaz de acelerar un vehículo hasta límites cercanos a la velocidad del sonido, informa hoy el diario hongkonés South China Morning Post.
Los “trineos electromagnéticos” usados en la infraestructura construida por el Instituto de Ingeniería Eléctrica de la Academia de Ciencias de China en la ciudad de Jinan, provincia de Shandong (este), pesan alrededor de una tonelada y alcanzan los 1.030 kilómetros por hora de velocidad.
A diferencia de los prototipos anteriores, este vehículo no requiere de combustible para desplazarse y dispone de mejores tiempos de respuesta y capacidad de control.
La fuente de alimentación del centro consta de dos componentes principales: bobinas montadas dentro del vehículo y una pista para proporcionar un fuerte campo magnético que, una vez activadas, generan una fuerza electromagnética para empujar el carro hacia adelante.
La instalación “brindará condiciones de prueba y apoyará la investigación china en materiales avanzados, aeroespacial y transporte de ultra alta velocidad”, describió un comunicado de las autoridades a cargo.
La primera fase del proyecto comenzó en octubre de 2019 y costó 3.300 millones de yuanes (455,35 millones de dólares, 465,58 millones de euros), utilizando una superficie construida total de 30,33 hectáreas para las instalaciones.
El desarrollo de la levitación magnética ha sido fuertemente financiado por las autoridades locales desde que adquirieran la tecnología en 2004, cuando Shanghái comenzó a operar una línea ‘maglev’ de baja velocidad entre las afueras de la ciudad y el aeropuerto internacional de Pudong.
Este mes de septiembre, la Universidad Jiaotong de Chengdu (Sichuan, centro) probó con éxito un nuevo coche de levitación magnética en una autopista del este del país, donde el vehículo de 2,8 toneladas se mantuvo levitando a 35 milímetros de la superficie de la carretera.
El año pasado, China presentó el tren de levitación magnética más rápido del mundo, con una velocidad de 600 kilómetros por hora, fabricado en la ciudad de Qingdao tras cinco años de investigación y desarrollo.
EFE