En un corto discurso ante un público ultraconservador, Milei le abrió su mano a Washington. Anunció que su Gobierno tomará las medidas necesarias “para resolver las asimetrías con Estados Unidos en un plazo breve”.
No hubo nada parecido a un reclamo por los nuevos impuestos a las exportaciones. “Argentina va a avanzar para readecuar la normativa, de manera que cumplamos los requerimientos de la propuesta de aranceles recíprocos elaborada por el presidente Donald Trump. “Ya hemos cumplido nueve de los 16 requerimientos necesarios”, dijo.
Trump había viajado desde Washington para participar de un torneo de golf y no apareció por el evento de MACA. Milei, sin embargo, confiaba en cruzarse con él más tarde. La foto con Trump le serviría para exhibir el apoyo de la Casa Blanca en sus negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La Casa Rosada pidió al multilateral 20.000 millones de dólares para neutralizar la sangría de reservas que padece el Banco Central en su esfuerzo por sostener el valor del peso. El encuentro fue, además, una estupenda oportunidad para que Milei transmita a su “amigo”, como considera a Trump, que Argentina se someterá sin queja alguna a la nueva política arancelaria de Washington.
Argentina podrá, a cambio, esperar la ayuda de Estados Unidos ante el Fondo. Mauricio Claver-Carone, el representante de Trump para América Latina, dijo que Milei “es un aliado”; aunque puso condiciones. Según Claver-Carone, “la prioridad” de la Casa Blanca es que, tras el rescate del Fondo, Argentina se desprenda de la ayuda financiera que recibe de China a través de un swap.
“Queremos que termine la famosa línea de crédito que tiene Argentina con China. Queremos asegurarnos que ningún acuerdo al que se llegue con el Fondo Monetario termine prolongando ese swap”, advirtió Claver-Carone. “Mientras mantengan esa línea de crédito, siempre China va a poder extorsionar”, agregó.
Con información de Alberto News
