En un comunicado divulgado este lunes, la entidad explicó que se trata de una nube compuesta por “partículas muy pequeñas (< 2.5 micrómetros) y por gases (especialmente monóxido de carbono)” resultante de los incendios en Norteamérica.
“Esta nube parece estar confinada encima de los 1.100 metros de altitud y por eso no deberá afectar a las poblaciones por debajo de ese nivel”, precisó el IPMA, que matizó que el humo “deberá” causar una reducción de la visibilidad y una reducción del brillo del Sol, “así como del tono azul del cielo”.
El IPMA explicó que la circulación ciclónica registrada en los últimos días en el archipiélago luso “habrá favorecido” el transporte a gran escala de las sustancias contaminantes de los incendios por el Atlántico.