Israel atacó este jueves el sur de Líbano, desde donde fue lanzado un cohete que impactó en la fronteriza Línea Azul, en territorio israelí, informó el Ejército israelí.
Las fuerzas israelíes acudieron al pueblo de Ghajar, en la frontera con Líbano, tras recibir un informe sobre una explosión, que resultó “un lanzamiento (de cohete) desde territorio libanés que explotó”, indicó un portavoz militar en un comunicado.
“En respuesta, las fuerzas israelíes actualmente están atacando el área desde la cual se llevó a cabo el lanzamiento en territorio libanés”, añadió.
Por el momento, las autoridades israelíes no han emitido instrucciones especiales para los residentes de la zona.
Las fuerzas israelíes lanzaron más de 15 proyectiles de artillería contra un área ubicada entre las localidades libanesas de Kfar Shuba y Halta, cerca de la frontera, aseguró la televisión Al Manar, que pertenece a la milicia chií libanesa Hizbulá.
Hizbulá -respaldada por Irán, el gran enemigo de Israel- controla la región sur del Líbano, donde también están presentes milicias palestinas, como la Yihad Islámica y Hamás.
El pasado abril, al menos 34 cohetes fueron lanzados desde Líbano a Israel, el ataque de mayor envergadura en la zona desde 2006, cuando ambas naciones libraron una guerra.
La mayoría de esos cohetes lanzados fueron interceptados por el sistema antimisiles Cúpula de Hierro y no dejaron muertos.
Israel atribuyó ese ataque a las milicias palestinas, asentadas en los campos de refugiados del sur de Líbano, que suelen lanzar cohetes a Israel en momentos de tensión, aunque admitió que nada ocurre en el sur del país sin el conocimiento o connivencia de Hizbulá.
El incidente de este jueves ocurre un día después de que finalizara la operación militar a gran escala del Ejército de Israel en Yenín, un bastión de milicias palestinas en el norte de Cisjordania ocupada, que ya provocó ayer una respuesta de las milicias palestinas de Gaza, que lanzaron cinco cohetes.
La incursión en Yenín, la de mayor envergadura en la zona desde la Segunda Intifada (2000-05) que incluyo ataques aéreos, dejó 12 palestinos y un israelí muertos, cerca de 150 palestinos heridos y extensos destrozos en el campo de refugiados durante los dos días que duró.
Este mismo jueves, Hizbulá pidió la intervención del Estado del Líbano después de que en los últimos días Israel construyera un muro en la parte libanesa de Ghajar, una aldea árabe controlada por Israel, y dividida en dos por la frontera de facto entre ambos países, en un intento de establecer “su plena autoridad” sobre la localidad.
La mitad de la pequeña aldea de Ghajar, poblada por la minoría alauita, pertenece técnicamente a territorio israelí, pues forma parte del Golán sirio que el Estado judío ocupó durante la Guerra de los Seis Días en 1967 y que posteriormente anexionó de forma unilateral en 1981.
Tras la escalada que protagonizaron en 2006, Israel y Líbano están técnicamente en guerra. Los separa la llamada Línea Azul, una linde demarcada por la ONU.
Israel no oculta desde hace meses su preocupación sobre la creciente presencia de Hizbulá en la Línea Azul, donde ha construido más de 30 puestos militares desde abril de 2022, cada vez más cerca de Israel, y hace un mes llegó a instalar dos tiendas de campaña custodiadas por hombres armados en suelo israelí, de las que solo ha desmantelado una de momento.