Tras dos días de consultas con los diferentes partidos políticos, el Rey Felipe VI ha encargado este martes al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, presentarse a la investidura en el Congreso de los Diputados para formar un nuevo Gobierno en el país. Así lo ha anunciado la presidenta del Congreso, Francina Armengol.
Feijóo ha sido el último de los dirigentes políticos a los que ha recibido el monarca en La Zarzuela y en su encuentro, que ha durado más de una hora, le ha expresado su voluntad de convertirse en el próximo presidente del Ejecutivo. El popular, ganador de las elecciones, aunque sin las mayorías necesarias, se ha postulado sin contar con los apoyos mínimos para que esa investidura sea verdaderamente efectiva.
Al PP no le salen las cuentas. Para que Feijóo lograra hacerse con la presidencia del Ejecutivo tendría que sumar 176 apoyos, sin embargo, solo cuentan con 172 y parece improbable que vayan a conseguir un cambio en estas cifras antes de la sesión en el Congreso en la que se votaría su candidatura, aun con fecha sin determinar. Con el arco parlamentario muy fragmentado tras las elecciones del 23 de julio, ninguno de los dos lados, ni el progresista, representado por Pedro Sánchez, del PSOE, y por Yolanda Díaz, de Sumar, ni el conservador, el PP, más los apoyos del Vox de Santiago Abascal, pueden hacerse con la presidencia de una manera sencilla. Todo queda en manos del independentismo y ahí Feijóo lo tiene más complicado.
Hasta ahora, el Partido Popular cuenta con 137 diputados, a los que en un primer lugar se sumarían los 33 de Vox. Los de Abascal han estado perfilando desde la noche electoral en la que se consolidó su pérdida de poder, al pasar de 52 escaños a 33, qué papel iban a desempeñar en esta hipotética investidura del popular. En un primer momento, demandaron formar parte del Gobierno, pero esas pretensiones se han ido rebajando en estas semanas y ahora se ofrecen a apoyar a Feijóo sin contraprestaciones. El líder de la extrema derecha se ha reunido también este martes por la mañana con el rey y le ha confirmado que sus parlamentarios votarán sí al PP, aunque, eso sí, ha condicionado su respaldo a que no haya “cordón sanitario” a su partido.
Abascal ha lanzado este aviso después de que su partido pidiese este lunes, sin lograrla, una explicación pública a los populares sobre por qué les excluyeron de la Mesa del Congreso, cuando son la tercera fuerza con 33 escaños. Para la conformación de esa Mesa, se evidenció las diferencias entre ambos partidos, cuando Vox decidió no apoyar a Cuca Gamarra, para sorpresa del PP, ante la negativa de los de Feijóo de darles un puesto en esa institución, la tercera más importante del Estado, y en la que la extrema derecha tenía un cargo en la anterior legislatura. Sin aceptar preguntas de los periodistas, Abascal ha justificado este martes el apoyo de Vox al PP en la “amenaza” a la convivencia y a la unidad que ve en un futuro gobierno de Sánchez “chantajeado” por “los herederos del terrorismo” y por un “prófugo” de la justicia como Carles Puigdemont.
A los 33 de Vox se suman los ya confirmados votos favorables del representante del UPN, Alberto Catalán, y también el de la diputada de Coalición Canaria, Cristina Valido. Precisamente con CC, uno de los votos que ha estado en duda hasta última hora, el PP ha firmado este martes un pacto para garantizar su apoyo a la investidura. El documento de la denominada agenda canaria contempla aspectos como bonificaciones al transporte para que baje la cesta de la compra, infraestructuras educativas e hidráulicas, o gestión de puertos y aeropuertos. El partido canario también ha puesto como condición que los de Abascal no estén dentro de un futuro Gobierno del PP.
Al margen de las cuentas del PP, al PSOE tampoco le salen aunque tiene más posibilidad de éxito. El escenario ideal para el bloque progresista es repetir la votación que permitió convertir presidenta de la Mesa del Congreso a Francina Armengol. Con los 31 escaños de Sumar, los siete de ERC, los seis de EH Bildu, los cinco de PNV, el diputado del BNG y los 121 de los socialistas, llegarían a los 171 síes. La clave está en los siete diputados de Junts, que si bien apoyaron a la candidata socialista para presidir la Mesa a cambio de introducir, entre otros asuntos, las lenguas cooficiales en la Cámara Baja, ahora no garantizan ese respaldo a Sánchez para hacerlo presidente. De momento, ninguna de las partes confirma que se esté avanzando en posibles negociaciones y todo queda en suspense hasta que Feijóo se someta a la votación del Congreso.