||Agencias Nacionales
Después de dos semanas de plantones en Isfahan, tercera ciudad de Irán, por la desecación de un río, la policía antidisturbios intervino para impedir las concentraciones.
La policía disparó aturdidoras, gases lacrimógenos e incluso manifestantes denunciaron el uso de perdigones. De esta forma se dispersó a la multitud que se concentraba en el cauce del río Zayandeh-roud, que atraviesa la ciudad.
No se pudo determinar un número de detenidos y heridos, el jefe de policía de la provincia de Isfahan, Mohammad Reza Mirheidari, dijo que un número “indeterminado” de manifestantes y policía resultaron heridos, mientras que un número “limitado” fue detenido.
“Solía pasear por el cauce del río con amigos, pero hoy la policía antidisturbios está desplegada en gran número cerca del puente de Khajou y piden a la gente que evite la zona”, dijo una mujer de unos 50 años.
El día antes, el viernes 26 de noviembre, ya se habían presentado varios episodios de violencia que dejaron al menos dos heridos de gravedad. Los agricultores denuncian habitualmente actos violentos y de represión por parte de las autoridades en sus redes sociales.
Irán atraviesa un aumento de episodios de sequía. Desde el 9 de noviembre los residentes y agricultores de Isfahan han organizado manifestaciones casi a diario para alzar su voz en contra de la falta de agua que azota a la región desde hace varios años. Los campesinos están frustrados por no haber podido regar sus cultivos de otoño, mientras la policía asegura que el movimiento fue tomado por “los oportunistas y los contrarrevolucionarios para deslegitimar la protesta y cometer actos violentos”.