El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, garantizó en las redes sociales que asumirá el poder en enero, como estaba previsto, en medio de una nueva escalada de la crisis política por las declaraciones de la Fiscalía de que las elecciones deberían ser anuladas.
“El 14 y 15 de enero, que no quepan dudas, todas las personas libremente electas vamos a asumir”, escribió en la red social X.
Ahí empezó una embestida sin tregua de la Fiscalía, que terminó en la suspensión de Movimiento Semilla e incluyó el allanamiento de su sede y de la Corte electoral, así como el secuestro de actas con resultados. También hubo un intento previo de desconocer el triunfo del sociólogo socialdemócrata de 65 años.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) rechazó las acusaciones del Ministerio Público, reafirmó que los resultados “son inalterables” y advirtió de que en caso de que Arévalo y la vicepresidenta electa, Karin Herrera, no asuman el poder, habrá “rompimiento del orden constitucional”.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y la Organización de Estados Americanos (OEA) calificaron de “golpe de Estado” lo ocurrido, mientras que la Unión Europea (UE) condenó “inequívocamente” los intentos de anular los resultados electorales.