A poco más de un mes de su llegada a la presidencia de Argentina, el ultraliberal Javier Milei enfrentó ayer la primera huelga general encabezada por la mayor central sindical en rechazo a las reformas económicas y laborales que limitan el poder de los gremios y las políticas de recorte del gasto público.
El paro incluyó una movilización de la que también participaron organizaciones sociales y partidos políticos opositores al gobierno del economista de extrema derecha que asumió el 10 de diciembre y que se propone una reducción drástica del déficit fiscal, al que responsabiliza mayormente de la inflación de 211% anual.
La huelga fue convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) y contó con la adhesión de otras centrales sindicales que rechazan un decreto presidencial con modificaciones a la legislación laboral que reducen beneficios para los sindicatos y trabajadores, así como un amplio proyecto de ley que incluye reformas en los ámbitos político, fiscal, jubilatorio y administrativo y una reducción del gasto público para equilibrar las cuentas fiscales.
Hasta primeras horas de la tarde de ayer el paro no se sentía con demasiada fuerza en las calles de la capital, donde en varios barrios los comercios operaban con normalidad.