En medio de la creciente expectación, el Vaticano instaló este viernes la tradicional chimenea en el techo de la Capilla Sixtina.
La sencilla estructura de ladrillo y metal, que se ha convertido en un símbolo mundial durante el proceso del cónclave, será la encargada de comunicarle al mundo si los cardenales electores ya han tomado una decisión sobre el sucesor del papa Francisco.
La noticia fue compartida a través de la cuenta de X de Vatican News, donde se observa a los bomberos en el tejado de la Capilla Sixtina instalando la chimenea.
«Dos veces al día, por la mañana (excepto el 7 de mayo) y por la tarde, saldrá humo de la chimenea: negro si no ha sido elegido ningún papa, y blanco si al menos 89 cardenales se han puesto de acuerdo sobre quién guiará la Iglesia Católica», escribió Vatican News en el post.
¿Cómo es el proceso de votación?
En el cónclave participarán 133 cardenales de todo el mundo, menores de 80 años.
Cada cardenal recibe una papeleta rectangular en la que escribe el nombre de su elegido, procurando que la letra no sea reconocible.
Luego, por turno y en orden de procedencia, el cardenal se acerca al altar con la papeleta doblada y, tras jurar en voz alta que vota por quien cree debe ser el elegido según Dios, deposita la papeleta en un cáliz cubierto.
Tres cardenales designados cuentan las papeletas; si el número no coincide con la mayoría de los votos, se queman todas las papeletas y se repite la votación.
Las papeletas son quemadas en un horno especial para mostrar el resultado.
Para obtener el color del humo negro, que simboliza que aún no existe acuerdo, las papeletas se mezclan con cartuchos que contienen perclorato de potasio, antraceno y azufre.
De haber ya un consenso entre los cardenales, las papeletas quemadas se mezclan con clorato de potasio, lactosa y resina de cloroformo para formar humo blanco.
