Peter Turkson, Ghana, 76 años

Un posible pontificado con Turkson al frente estaría probablemente más enfocado a la doctrina social de la Iglesia y se contemplaría como continuista de su antecesor. Sin embargo, su edad, 76 años, podría ser el mayor obstáculo para su elección.
Luis Antonio Tagle, Filipinas, 67 años

Pietro Parolin, Italia, 70 años

Con experiencia en la diplomacia vaticana, ha jugado un rol importante en las relaciones con países como China o Venezuela, mientras que su edad no es tan elevada como para ser considerada un fuerte obstáculo.
Peter Erdö, Hungría, 72 años


Matteo Zuppi, Italia, 69 años

Su estilo sencillo, que recuerda al de Francisco, se vierte fundamentalmente en los problemas sociales. Además, su origen italiano podría ser un atributo adicional, teniendo en cuenta que Roma no tiene en papa de esta nacionalidad desde 1978.
Mario Grech, Malta, 68 años

Robert Sarah, República de Guinea, 79 años

Como sucede con otros candidatos, su avanzada edad puede ser un obstáculo, a no ser que se opte por un papado de transición.
Raymond Leo Burke, EE.UU., 76 años

Podría convertirse en el primer papa originario de EE.UU.
Marc Ouellet, Canadá, 80 años

Fridolin Ambongo, República democrática del Congo, 65 años
Oriundo de República Democrática del Congo es conocido por su batalla a favor de los derechos humanos y por la justicia social en su país. Su candidatura podría ser una apuesta por el reconocimiento del continente en el que el catolicismo está creciendo más rápidamente en los últimos tiempos.


Nacido en esa pequeña comunidad, Bo se ordenó sacerdote en 1976. A lo largo de su carrera, sirvió en diversas parroquias del centro y noreste del país. En 2003, fue nombrado arzobispo de Yangón, cargo que desempeña actualmente. Además, presidió la Conferencia Episcopal de Myanmar entre 2000 y 2006. En 2015, el papa Francisco lo designó cardenal, y poco después, asumió la presidencia de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia, donde estuvo al frente durante seis años.


Con una carrera marcada por la diplomacia y el cuidado de las minorías cristianas en el Oriente Medio, Pizzaballa no solo ha enfrentado desafíos religiosos y políticos, sino que también ha demostrado una habilidad excepcional para navegar las aguas turbulentas de los conflictos regionales. Con un perfil que se aleja de las divisiones internas del Vaticano, Pizzaballa representa una opción interesante para muchos observadores del Vaticano, quienes lo ven como una figura que podría traer estabilidad y equilibrio al papado en un momento crucial.

Según las reglas vigentes hasta enero de 2025, hay un total de 138 cardenales electores, de un total de 252 cardenales en la Iglesia. Este sistema está diseñado para asegurar que el electorado esté compuesto por miembros del Colegio de Cardenales con experiencia y cercanía a los asuntos de la Iglesia. Solo aquellos menores de 80 años pueden votar en la elección, lo que limita el número de candidatos y, al mismo tiempo, busca mantener el vigor y la capacidad de discernimiento del proceso.
El cónclave se desarrolla en varias rondas de votación diarias. Generalmente, se realizan hasta cuatro rondas de votación al día hasta que un candidato recibe el apoyo mayoritario necesario para ser elegido Papa. Para que un cardenal sea elegido, debe obtener al menos dos tercios de los votos. Este proceso puede durar entre 15 y 20 días, dependiendo de la rapidez con que los cardenales lleguen a un consenso.
El cónclave, además de ser una reunión política de gran peso, es también un evento de gran significado religioso. En su ritual, se encuentran aislados del mundo exterior para garantizar que sus decisiones no se vean influenciadas por factores externos. Asimismo, recitan oraciones y celebran misas, buscando la guía divina en la elección del nuevo Papa.
Este procedimiento, que ha permanecido en gran medida inalterado durante siglos, garantiza que el proceso de sucesión sea llevado a cabo con el máximo nivel de seriedad y respeto por la tradición de la Iglesia Católica. Tras la elección, aparece la emocionante fumata blanca, este humo blanco que emerge de la chimenea de la Capilla Sixtina es la señal inequívoca de que el cónclave ha llegado a una decisión. Y finalmente, el «Habemus Papam», donde el nuevo Papa es presentado a los fieles en la Plaza de San Pedro, marcando el final del cónclave y el comienzo de un nuevo papado.
Función beta