El Comité de Seguridad Nacional (NSC) de Pakistán, liderado por el primer ministro Shehbaz Sharif, otorgó plena autoridad a las Fuerzas Armadas para responder a India tras ataques aéreos en territorio paquistaní.
Los ataques, calificados como “acto de guerra no provocado”, dejaron 26 civiles muertos, según el Ejército de Pakistán. India, sin embargo, asegura que los objetivos eran infraestructuras terroristas, no civiles.
“Pakistán se reserva el derecho de responder en legítima defensa, conforme al artículo 51 de la ONU”, afirmó la oficina del primer ministro.
Los bombardeos afectaron Sialkot, Shakagarh, Muridke, Bahawalpur, Kotli y Muzaffarabad, zonas clave en Punjab y Azad Jammu y Cachemira.
El NSC condenó la “violación flagrante” de la soberanía paquistaní y exigió a la comunidad internacional responsabilizar a India por sus “acciones ilegales”.
Además, los ataques pusieron en riesgo vuelos comerciales del Golfo y dañaron el Proyecto Hidroeléctrico Neelum-Jhelum, violando tratados internacionales.
Pakistán rechazó las acusaciones de India sobre campamentos terroristas en su territorio, tachándolas de “infundadas” y “políticamente motivadas”.
“India ha encendido una hoguera en la región. Las consecuencias recaerán sobre Nueva Delhi”, advirtió el comunicado oficial.
La tensión entre ambas naciones se disparó tras el ataque del 22 de abril en Pahalgam, Cachemira india, que dejó 26 muertos, atribuido por India a Pakistán.
Esta escalada, la más grave del siglo, amenaza la estabilidad regional y pone en alerta a la comunidad internacional.
||Agencias Internacionales
