AFP
La alianza de centroderecha del presidente Emmanuel Macron y la coalición de izquierdas iniciaron ayer una semana de campaña decisiva en Francia para evitar la llegada de un nuevo gobierno de extrema derecha a la Unión Europea.
El partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen y sus aliados obtuvieron más del 33% de votos en la primera vuelta de las elecciones legislativas celebradas el pasado domingo.
La Agrupación Nacional puede obtener la mayoría simple, e incluso absoluta, de los 577 diputados de la Asamblea Nacional (cámara baja) tras el balotaje previsto para el 7 de julio, allanando el camino a un gobierno ultraderechista.
“La extrema derecha está a las puertas del poder”, “ningún voto debe ir a RN”, advirtió el pasado domingo por la noche el primer ministro, Gabriel Attal. Sin embargo, esta posibilidad no se anuncia fácilmente.
Francia escoge a sus 577 diputados en sendas circunscripciones uninominales, con un sistema mayoritario a dos vueltas. Al balotaje pueden acceder en cada circunscripción dos, tres o más candidatos.
La llegada al poder de la extrema derecha, por primera vez desde la Liberación de Francia de la ocupación de la Alemania nazi en 1945, sumaría un nuevo país en la UE gobernado por esta tendencia, como Italia.
Toda Europa tenía ayer los ojos puestos en Francia.
Estados Unidos declaró que tiene previsto mantener su estrecha cooperación con Francia pese al resultado histórico de la extrema derecha en esta primera ronda.