Especial mención sobre el particular, hizo con respecto a Cuba, Nicaragua y Venezuela
La separación de poderes se ha debilitado en los países de las Américas y ha impactado a las instituciones democráticas, al mismo tiempo que persisten retos para enfrentar al crimen organizado, restricciones a las protestas y a la libertad de expresión y el uso desproporcionado de la fuerza, dijo ayer la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
En su reporte anual de más de 1.200 páginas, la CIDH abordó la situación de los derechos humanos en cada uno de los países, pero dedicó un capítulo especial a Cuba, Nicaragua y Venezuela, en los que no ha notado progreso sino más bien un deterioro de los derechos fundamentales.
“Son los que nos preocupan hace mucho tiempo y, sin embargo, la situación no ha cambiado,” expresó a la AP Andrea Pochak, vicepresidenta de la CIDH. “Se mantienen los niveles de violencia, violaciones de derechos humanos y debilidad de la democracia”.
La CIDH es un órgano autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA), dedicado a supervisar y promover el respeto a los derechos humanos en las Américas. Su informe incluye un panorama integral de la situación regional y, si bien no tiene fuerza de ley, sus diagnósticos y recomendaciones son acogidos por funcionarios de gobierno, organizaciones cívicas y jueces al momento de tomar decisiones.
La situación en Venezuela “se ha agravado por las serias irregularidades” en el proceso electoral que han “debilitado aún más la institucionalidad democrática”, dijo la vicepresidenta de la CIDH. Como ejemplo, mencionó la desaparición de personas en un contexto de falta de transparencia e independencia en el proceso electoral y lo comparó a las prácticas de terrorismo de Estado en otros países de décadas atrás.
El reporte indicó que “la ausencia de un Estado de Derecho y de una institucionalidad guiada por la separación e independencia de poderes públicos” sigue siendo el mayor desafío para el respeto y la garantía de los derechos humanos en Venezuela.