Este lunes 15 de julio un sacerdote católico retirado, de nombre Raymond Hervern, se enfrentó ante un tribunal de la ciudad australiana de Perth, en el suroeste, donde fue acusado por 20 delitos de abusos físicos y sexuales contra una niña de nueve años a finales de la década de 1980.
Los mencionados hechos se realizaron cuando el cura de ahora 82 años, trabajaba en la misión de Rossmoyne, un centro educativo e internado de niños indígenas que se encontraba a unos 18 kilómetros al sur de Perth, donde sirvió hasta 1991.
Según la cadena pública australiana ABC, durante la acusación en el Tribunal de Magistrados el sacerdote no tuvo que declarar en cuanto a los delitos que se le imputan, obteniendo la libertad provisional hasta la próxima comparecencia.
Hervern afronta 14 delitos por tratos indecentes a una menor de 14 años, así como también dos amenazas por lesionar y causar perjuicios para obligar a una persona a realizar un acto, y dos por agresión ilegal y dos más por agresión con lesiones, de acuerdo a un comunicado publicado por la Policía de Australia Occidental para anunciar su detención.
La policía de esta jurisdicción, alega que las agresiones físicas y sexuales iniciaron en 1986 cuando la víctima, quien asistía a la misión, tenía nueve años de edad.
Por su parte, la Iglesia católica australiana también estuvo bajo investigación cuando unos 1.900 sacerdotes, curas y otros de sus miembros, entre ellos 93 altos cargos, estuvieron vinculados a unas 4.500 denuncias por abusos sexuales contra menores entre 1980 y 2015.
Una de las más emblemáticas figuras de este centro eclesiástico que afrontó acusaciones por abusos sexuales en la década de 1990 fue el fallecido cardenal George Pell, el ex número tres del Vaticano.
El cardenal fue condenado en 2018 y posteriormente absuelto en 2020 por el Tribunal Superior del país, luego de pasar 13 meses en prisión, al considerar que “las pruebas no establecieron la culpabilidad con el nivel de rigurosidad requerida”.
Con información de Versión Final