Un total de 135 migrantes provenientes de países asiáticos y africanos llegaron este jueves a Costa Rica enviados por el Gobierno de Estados Unidos con el objetivo de ser repatriados posteriormente a sus lugares de origen.
El vuelo proveniente de San Diego, EE UU, llegó la tarde del jueves al aeropuerto internacional Juan Santamaría, en San José, con el grupo de migrantes de diferentes países como Kazajistán, Tayikistán, Uzbekistán, Georgia, entre otras, según informó el Ministerio de Seguridad Pública.
Al llegar a San José, los migrantes fueron abordados en autobuses y transportados hacia el Centro de Atención Temporal de Migrantes (CATEM) ubicado en la zona sur del país, cerca de la frontera con Panamá.
El CATEM es un refugio habilitado por el Gobierno de Costa Rica que albergó inicialmente a los migrantes que iban en tránsito desde Panamá hacia los Estados Unidos, pero ahora recibe a migrantes que están de regreso ante las medidas antiinmigración del Gobierno del presidente Donald Trump.
Roy Arias, activista que trabaja con migrantes en la zona fronteriza entre Costa Rica y Panamá, comentó a Xinhua que desde hace varias semanas, tras el inicio del Gobierno de Trump, ha sido evidente la presencia de migrantes que ahora buscan la manera de regresar a sus hogares.
Arias cuestionó la pertinencia de que ahora estos migrantes sean encerrados junto a los que Estados Unidos envía en estos vuelos a Costa Rica para ser repatriados.
«Vienen a este centro de la Dirección de Migración de Costa Rica, donde estarán detenidos, junto a cientos de migrantes de otros países, que hacen distintas travesías difíciles por las Américas, y que también tienen prohibido salir del centro de detención, donde tendrán una estancia incierta y angustiante», criticó Arias.
El Gobierno de Costa Rica aseguró que el CATEM tiene una capacidad de 1.500 personas y que Estados Unidos financiará la estancia de los migrantes que llegaron este jueves, quienes estarán atendidos por personal de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).
«Contarán con alimentación, ducha, alojamiento, servicios médicos, áreas verdes, espacios para menores de edad, entre otros, podrán además hacer uso de sus celulares y sus pertenencias», indicó el Gobierno costarricense en un comunicado.
«Se debe tener en cuenta que las personas extranjeras que serán recibidas contarán con una autorización de ingreso por excepción y una permanencia transitoria, razón por la cual no se les solicitó visa para ingresar a Costa Rica, por esto mismo, no podrán trabajar por cuenta propia, ni en relación de dependencia, ni abandonar el lugar», añade el comunicado.
Entre los migrantes trasladados, se encuentran 50 niños, mujeres embarazadas y una adulta mayor.
En una visita a la zona fronteriza hace dos semanas, Xinhua pudo corroborar que existe un movimiento de migrantes que ahora buscan la forma de regresar a sus países, atemorizados por la política de la administración Trump de perseguir a la migración.
Ana Calcedo, migrante colombiana, dijo a Xinhua que prefirió devolverse desde México cruzando de nuevo todo Centroamérica, pues ya no sabe qué puede enfrentar al llegar a la frontera estadounidense.
«Nos han dicho que están arrestando a los migrantes, que los maltratan y que ya no hay programa para aplicar por una visa. Yo dejé mi país y ya no tengo nada, pero ahora tengo que regresar y ver qué hago con mi vida«, dijo la migrante.
El Gobierno de Costa Rica aseguró que el acuerdo con Estados Unidos consiste en ayudar a ser un puente para la repatriación de estos migrantes, quienes estarán en el país durante un periodo de entre tres y seis semanas.