El Gobierno de Estados Unidos mantiene la alerta a sus ciudadanos para que no viajen a Venezuela por el riesgo que corren de ser detenidos.
En marzo de 2019, Estados Unidos retiró a todo el personal diplomático de su Embajada en Caracas y suspendió sus operaciones. Todos los servicios consulares, tanto rutinarios como de emergencia, han permanecidos suspendidos desde entonces.
«El gobierno de EE UU no tiene la capacidad de brindar servicios de emergencia ni asistencia consular a los ciudadanos estadounidenses en Venezuela. Cualquier persona con ciudadanía estadounidense o cualquier otro estatus de residencia estadounidense en Venezuela debe abandonar el país de inmediato, incluyendo quienes viajen con pasaportes venezolanos o extranjeros. No viaje a Venezuela por ningún motivo».
Recordó que las fuerzas de seguridad venezolanas han detenido a ciudadanos estadounidenses hasta por cinco años sin respetar el debido proceso.
«El gobierno estadounidense no tiene forma de contactar a los ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela, y a estos no se les permite contactar a sus familiares ni a un abogado independiente».
Según exdetenidos, así como organizaciones independientes de derechos humanos, los presos han sido sometidos a tortura y tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes, incluyendo palizas severas, inmovilización prolongada en posturas de estrés y ahogamiento simulado.
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