El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, dijo ayer que en lo que va de año 55 migrantes han muerto y 180 niños han quedado abandonados mientras cruzaban la inhóspita selva del Darién rumbo a Estados Unidos.
“Cincuenta y cinco personas han fallecido en el 2024 en la ruta del Darién”, en la frontera entre Colombia y Panamá, dijo Mulino durante su conferencia de prensa semanal.
Esta selva se ha convertido en un corredor para los migrantes que, desde Sudamérica, tratan de llegar a Estados Unidos. En su mayoría son venezolanos, aunque también hay colombianos, ecuatorianos, haitianos y chinos.
En esa travesía, los migrantes enfrentan peligros como ríos caudalosos, animales salvajes y grupos criminales que les roban, violan y matan, según organismos internacionales.
Las autoridades panameñas sospechan que las cifras de muertos en la selva pueden ser mayores ya que muchos cadáveres no se pueden recuperar por lo inaccesible del terreno o, incluso, terminan siendo devorados por animales.
Pese al descenso en el número de migrantes, Mulino destacó que “180 menores no acompañados” han quedado abandonados en la selva panameña y ahora están bajo cuidado de instituciones de atención de la infancia.
|| AFP