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Intensas lluvias y casi 200 deslizamientos de tierra dejaron al menos 58 muertos en la antigua ciudad imperial brasileña de Petrópolis, donde se libraba una carrera contrarreloj para hallar a eventuales supervivientes bajo el lodo y los escombros.
“Es una situación casi de guerra”, dijo Cláudio Castro, gobernador de Rio de Janeiro (sureste), en la zona del desastre, en la región serrana del estado. La gobernación confirmó en el inicio de la tarde 58 muertes, una cifra que ha crecido incesantemente con el correr de las horas, tras el temporal ocurrido en la tarde del martes en la ciudad ubicada a 68 km al norte de Rio.
Según autoridades locales, se produjeron 189 deslizamientos e inundaciones, que dejaron viviendas reducidas a escombros en laderas arrasadas y vehículos apilados en calles de agua y barro. Equipos de rescate trabajaban en el lugar para socorrer a los afectados, constataron periodistas de la AFP. Wendel Pio Lourenço, un habitante de 24 años, caminaba con un televisor en brazos hacia una iglesia cercana en busca de refugio, tras dejar su casa “condenada” por las piedras que la circundan.
La iglesia de Santo Antonio, cercana al área del desastre, abrió sus puertas para acoger a más de 150 personas, evacuadas de sus casas por las inundaciones o el peligro de deslave a causa del temporal. “Muchos de los que llegan han perdido todo, o perdieron a sus parientes. Es una situación difícil”, el párroco de la iglesia. Hasta el momento, unas 80 viviendas han sido afectadas en la localidad de Morro da Oficina y en otras seis áreas se registraron daños, estimaron las autoridades municipales en una nota.