La Administración de Donald Trump anunció este martes el fin de las operaciones de la histórica Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), creada en 1961 y considerada durante décadas como el mayor distribuidor de ayuda humanitaria en el mundo.
El secretario de Estado, Marco Rubio, declaró en un comunicado que la Usaid no ha logrado cumplir sus objetivos desde el fin de la Guerra Fría, más allá de haber creado una red de ONG que, según él, han vivido “a expensas de los contribuyentes estadounidenses”.
“Esta era de ineficiencia ha llegado oficialmente a su fin. Bajo la Administración de Trump, finalmente tendremos una ayuda exterior que priorice nuestros intereses nacionales”, afirmó.
Según Rubio, la agencia actuaba “como una organización benéfica en lugar de un instrumento de la política exterior estadounidense”, y en ocasiones promovía “grupos antiestadounidenses” u “operaciones de cambio de régimen” en distintos países.
Añadió que los ciudadanos estadounidenses “no deberían pagar impuestos para financiar gobiernos fallidos en países lejanos” y prometió que, de ahora en adelante, “la ayuda será específica y limitada en el tiempo”.
Rubio, quien durante su etapa como senador fue un firme defensor de la Usaid y de la ayuda exterior estadounidense, anunció en marzo la cancelación del 83 % de los programas de cooperación de la agencia, lo que representaba cerca de 5.200 contratos.
Durante el proceso de cierre, se anunció que, de los aproximadamente 10.000 empleados y contratistas que tenía la agencia en Washington y en sus oficinas alrededor del mundo, solo 294 continuarían en funciones para mantener operaciones mínimas.
El fin de la Usaid ha sido duramente criticado por expertos en ayuda humanitaria y organizaciones internacionales, que advierten que su desaparición deja un enorme vacío en programas de salud, educación y respuesta ante crisis humanitarias.
||EFE