Uno de cada tres menores desplazados en Haití tiene 5 años o menos (casi 200.000 de los más de 500.000 niños y niñas en esta situación) y muchos de ellos han tenido que huir varias veces ante el deterioro de la situación, alertó este lunes la organización humanitaria Save the Children.
Según esta ONG, estos niños son «especialmente vulnerables y, mientras estén desplazados, muchos de ellos no podrán acceder a las necesidades básicas de la primera infancia, como vacunas, agua potable, atención sanitaria, alimentos nutritivos y cobijo adecuado frente al calor extremo y la lluvia».
Un año después de que el 3 de marzo de 2024 las autoridades haitianas declararan el estado de emergencia ante el aumento de la violencia, miles de menores han tenido que abandonar sus hogares y viven hacinados en escuelas convertidas en refugios, frecuentemente sin agua potable, alimentos o protección.
La situación es especialmente grave en la capital haitiana, donde las bandas armadas controlan el 85-90 % de Puerto Príncipe y «no hay ningún lugar seguro para los niños y niñas de la ciudad», agrega Save the Children en un comunicado.
Indica que 2024 fue el año más letal para los menores desde que estalló la violencia en Haití, donde miles de ellos están expuestos al reclutamiento y los abusos sexuales.
La directora de Save the Children en Haití, Chantal Sylvie Imbeault, afirma que los grupos armados queman barrios enteros, los niños quedan atrapados en el fuego cruzado y se priva a las familias de sus derechos más básicos en cuanto a atención sanitaria, alimentos y agua potable.
«Los primeros 1.000 días de la vida de un niño y niña son fundamentales para su desarrollo y, en este entorno de violencia e inestabilidad, corren el riesgo de quedarse atrás. Sin una intervención urgente, nos enfrentamos a la sombría realidad de una generación que podría no recuperarse del impacto que esta crisis humanitaria está infligiendo en sus primeros años. Su futuro está en peligro, y también el futuro de Haití», alerta.
Ante esta situación, considera que la única forma de proteger las vidas de los menores es detener la violencia y que «todas las partes hagan todo lo que esté en su mano para desescalar la situación inmediatamente».
Además, considera, se ha de permitir que la ayuda y los trabajadores humanitarios puedan llegar sin demora a los necesitados, al tiempo que «la comunidad internacional debe aumentar urgentemente la financiación humanitaria para Haití».
Con información de EFE