El gobierno de Estados Unidos asestó un golpe significativo a Venezuela al revocar la licencia que permitía a la petrolera estadounidense Chevron operar en el país, pero a esta medida también se suma la prohibición a otras cuatro empresas de servicios petroleros.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac) ordenó a las empresas Halliburton, Schlumberger, Baker Hughes y Weatherford cesar sus actividades en Venezuela a partir del 9 de mayo.
Estas decisiones afectan a las licencias renovadas por la administración de Joe Biden en noviembre de 2024, relacionadas con contratos y acuerdos entre Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y varias subsidiarias.
Según el diario español El Economista, ahora la atención de Donald Trump está en la presencia de compañías extranjeras como Repsol (España), Maurel & Prom (Francia) y Eni (Italia), que aún operan en Venezuela.
Repsol, tras firmar un acuerdo con Pdvsa en diciembre de 2023, asumió el control de los activos de Petroquiriquire, incorporando los campos Tomoporo y La Ceiba a su portafolio, con una participación del 40 %.
La operación, valorada en 1.700 millones de dólares, tiene como objetivo duplicar la producción de crudo en la región y recuperar parte de la deuda con Pdvsa, con la compañía ya habiendo recuperado 166 millones de dólares en 2024.
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