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miércoles 19, marzo 2025
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Chile registró la tasa de nacimientos más baja de su historia

El Instituto Nacional de Estadísticas presentó el Anuario de Estadísticas Vitales correspondientes al 2022, lo que muestra cómo fue la realidad sanitaria en Chile al término de la pandemia.

Entre otros datos, los niveles de fecundidad han ido descendiendo desde hace años en el país y las más recientes Estadísticas Vitales, que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) publicó esta semana, dan cuenta de que la Tasa Global de Fecundidad (TGF), es decir, el número de hijos(as) promedio que tendría una mujer durante su vida fértil (15-49 años), sigue disminuyendo y ubicándose bajo el nivel de reemplazo, que es de 2,1 hijos(as).

Así, mientras en 2022 la TGF fue de 1,25 hijos/as promedio por mujer, las estadísticas provisionales de 2023 muestran que dicha tasa llegó a 1,16 hijos/as, la más baja de la historia del país e incluso una de las menores tasas a nivel mundial. Es más, si se compara con 1992, la cifra de 2023 estaría reflejando una caída de 53,7 %.

¿Qué consecuencias podría tener para el país que estas tasas de fecundidad sean tan bajas? Según la académica e investigadora del Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Martina Yopo, una de las consecuencias directas que tiene la baja natalidad es el decrecimiento y envejecimiento de la población.

“Si nosotros pensamos que de alguna manera toda la organización social y la organización de sistemas sociales clave desde la economía, al trabajo, desde la educación a la salud y los cuidados, están basados en el principio de que van a haber nuevas generaciones que reemplacen a las generaciones que de alguna manera van envejeciendo, ese principio hoy con esta tasa de natalidad tan baja que tenemos en Chile está puesto en cuestión y pone un desafío importante para nuevamente el funcionamiento de sistemas sociales clave”, enfatiza.

Esto, además agrega la investigadora, nos supone un desafío muy importante a nivel país, “y es absolutamente necesario que se comience a tomar esta nueva realidad demográfica como un indicador muy serio para la formulación de políticas públicas que permitan abordar los desafíos que estas transformaciones suponen”.

Los nacimientos también siguen una tendencia a la baja, pues si bien en 2022 hubo un total de 189.303 bebés nacidos a nivel país, marcando un alza de 6,8 % respecto a 2021, ese aumento se considera como un efecto “rebote”, observado también en otros países, tras la importante reducción de las cifras en 2020 (-7,2 %) y 2021 (-9,1 %) a causa del Covid-19.

Matías Gómez, sociólogo y director Laboratorio de Conversación Pública de la Universidad Central reconoce que estos indicadores muestran una tendencia que “pareciera ser irreversible.

Desde luego hay que entender factores estructurales como cuestiones económicas, la restricción monetaria que pueden tener las personas hoy en día para poder tener hijos, así como las decisiones más culturales de aplazar los proyectos de vida familiares después de los 30 años, y que los proyectos de vida de las personas no incorporan necesariamente tener un hijo o una hija hoy en día”, detalla.

Esto, como consecuencia, muestra la alta probabilidad de que la población empiece a reducirse quizás un poco antes de lo que estaba proyectado, donde indicadores mostraban que eso no iba a ocurrir en Chile antes del 2050.

“Eso sin duda pone las alertas, porque si bien podemos contar con una amortiguación que puede venir de los nacimientos de mujeres migrantes, mujeres extranjeras, esto no va a ser suficiente. Es importante pensar en políticas y medidas que apunten a la reactivación de la tenencia de hijos, el aumento de hijos, tales como cuestiones tributarias, que pueden estar ligados a incentivos, digamos, de no cobro de impuestos, pero también algo más asociado a quizás pensar alguna transferencia monetaria”, agrega Gómez.

En efecto, las estadísticas provisionales de nacimientos de 2023 (174.067 bebés) muestran una variación de -8 % con relación a 2022 y de -37,6 % respecto a 1992. Es decir, en 2023 hubo 105.031 nacimientos registrados menos que en 1992.

Entre 2010 y 2019 existió un aumento absoluto de 2,40 años en la esperanza de vida al nacer. Por efecto de la pandemia, en 2021 la esperanza de vida fue de 79,14 años para ambos sexos, lo que marcó una disminución absoluta de 1,71 años respecto a 2019.

Sin embargo, los datos recientes dan cuenta de que este indicador comenzó nuevamente a subir, al situarse en 79,72 en 2022 y en 81,39 en 2023, según cifras provisionales de ese último período. Es decir, en tan solo dos años (2021-2023) se produjo un alza absoluta de 2,25 años en la esperanza de vida en el país.

Con información de Primicia

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