Tras la multitudinaria marcha en la capital mexicana contra el proyecto de reforma electoral impulsado por el gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador minimizó ayer la movilización, a lo que sus detractores reaccionaron con cuestionamientos que encendieron el debate político en México.
“Puro demócrata”, dijo López Obrador en tono irónico mientras mostraba en su conferencia matutina del lunes las fotografías de algunos de los políticos opositores que acudieron a la marcha, que se desarrolló la víspera en el centro de la capital mexicana, y que se convirtió en la mayor protesta contra su gobierno luego de cuatro años de mandato.
El gobernante, que inició su sexenio en el 2018, afirmó que los convocantes utilizaron la reforma electoral como una “excusa” para protestar y sostuvo que los asistentes a la movilización en el fondo salieron a manifestarse “en contra de la transformación que se está llevando en el país”.
“Lo hicieron a favor de los privilegios que ellos tenían antes del gobierno que represento. Lo hicieron a favor de la corrupción. Lo hicieron a favor del racismo, a favor del clasismo, de la discriminación”, agregó.
López Obrador aseguró que en la marcha participaron entre 50.000 y 60.000 personas, mientras que los convocantes sostienen que al evento acudieron más de 200.000.
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