Estados Unidos inició el miércoles la ampliación del visado en su consulado en La Habana, uno de los acercamientos más importantes desde que el presidente Joe Biden asumió el gobierno y luego de una serie de inexplicables incidentes de salud entre el personal diplomático que redujo la presencia estadounidense en la capital cubana desde 2017.
La reapertura se produce en medio de un récord migratorio de cubanos que arriban de a miles al vecino país tanto por tierra, por la frontera norte de México, como por mar a través de peligrosos viajes en balsas rústicas o mediante traficantes cruzando el Estrecho de la Florida.
Desde temprano este miércoles unas 200 personas se congregaron en un parque aledaño a la sede diplomática para presentarse a las citas convocadas por los funcionarios estadounidenses -mediante teléfono o por correo- o averiguar la manera de conseguir visas, algo imposible durante cinco años cuando por el incremento de las sanciones de Washington la actividad consular prácticamente se detuvo.
“Viajar a Guyana significaba para el cubano un gasto y un estrés, tiempo de estadía… incomodidad”, dijo a The Associated Press Mirtha Caridad Revuelta, una emprendedora de 60 años de la central provincia de Matanzas que aseguró que el trato al interior del consulado durante su entrevista fue atento. Su hija vive en Florida desde hace siete años y espera reunirse con ella.
El cierre de los servicios consulares se produjo en septiembre de 2017 cuando las autoridades estadounidenses retiraron a su personal de la sede bajo el argumento de una serie de supuestos ataques de origen desconocido que enfermaron a los diplomáticos. Hasta la fecha no se encontró el origen del malestar de los funcionarios, al tiempo que síntomas similares -mareos, dolores de cabeza, zumbidos- fueron también reportados en otras capitales del mundo.