El 24 de febrero de 2022, el mundo se despertó conmocionado por las noticias que llegaban desde Kiev, numerosos convoyes armados avanzaban hacia la capital ucraniana desde Rusia y, durante aquella madrugada, los primeros bombardeos ya se habían dejado notar en numerosos puntos de la ciudad.
Era el comienzo de una “operación militar especial” ordenada por Vladímir Putin en el contexto del conflicto que mantenía con Ucrania desde 2014 por el control de numerosas plazas del este del país ucraniano, especialmente la península de Crimea y la región del Donbás.
Un año después, las cifras hablan por sí solas: según la agencia de noticias Reuters, más de 42.000 personas han perdido la vida en el conflicto, mientras que más de 14 millones de ciudadanos ucranianos han tenido que dejar su país como consecuencia de la guerra.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, recordó hoy cómo muchos daban a su país por vencido cuando los tanques y aviones rusos empezaron su guerra contra Ucrania hace hoy un año, y celebró la capacidad de resistencia de su país ante el que se consideraba el segundo mejor ejército del mundo.
Ucrania, dijo el presidente en un comunicado, “no cayó en tres días”, sino que “paró al segundo ejército del mundo” y sigue resistiendo y creyendo en la victoria cuando se cumple un año del día en que comenzó la agresión rusa.
“Un año después de la invasión a gran escala, un 95 % de los ucranianos cree en la victoria”, dijo el presidente en referencia a una encuesta reciente. Si los sentimientos generalizados hace 365 eran el “dolor y la incertidumbre” hoy predomina el “orgullo” por la reacción nacional a la invasión.