La Séptima Flota de EE UU comunicó que su destructor de misiles guiados USS Milius navegó este lunes en las cercanías de las islas Spratly, en el mar de la China Meridional, “reafirmando los derechos y libertades de navegación de conformidad con el derecho internacional”.
Por su parte, desde el Comando del Teatro Sur del Ejército chino denunciaron que el buque estadounidense entró a la zona sin el respectivo permiso, por lo que fue vigilado en todo momento. Pekín “tiene soberanía indiscutible sobre las islas del mar de la China Meridional y sus aguas adyacentes”, declararon, señalando que la Armada china está “siempre en alerta máxima para salvaguardar resueltamente la soberanía y la seguridad nacionales”.
La postura de EE UU
Mientras tanto, la Séptima Flota de EE UU indicó que la denominada “operación de libertad de navegación” llevada a cabo por el USS Milius tenía como objetivo “demostrar” que los territorios de la zona “no tienen derecho a un mar territorial”. “Los esfuerzos de recuperación de tierras, las instalaciones y las estructuras construidas” por Pekín en la región “no cambian esta caracterización según el derecho internacional”, argumentó.
Además, defendió que los “ilegales y extensos reclamos marítimos” de China representan “una grave amenaza para la libertad de los mares, incluidas las libertades de navegación y sobrevuelo, el libre comercio y el comercio sin trabas”. En este contexto, Washington “impugna reclamos marítimos excesivos en todo el mundo, independientemente de la identidad del reclamante”.
Disputa territorial y EE UU
Pekín ha buscado apuntalar sus reclamaciones territoriales sobre varias islas del mar de la China Meridional mediante la construcción de bases insulares en atolones de coral. EE UU no tiene pretensiones territoriales en la región, pero ha respondido enviando buques y aviones de combate en una denominada misión para promover la libre navegación en las vías marítimas y el espacio aéreo internacionales.
El gigante asiático se opone a cualquier despliegue militar de Washington en la región. Las otras partes de la disputa territorial, Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunéi, reclaman todo o parte del mar de la China Meridional, rico en recursos naturales y a través del cual pasan al año, aproximadamente, 5.000 millones de dólares en bienes.
Con información de Globovisión