|| Rodolfo Gamarra
Ante esta situación de incertidumbre científica, la OMS recomienda adoptar medidas preventivas
Los teléfonos celulares y dispositivos Bluetooth se han convertido en el mundo actual en una herramienta indispensable para la comunicación, el trabajo y el ocio. Sin embargo, hay quienes advierten que su uso excesivo podría tener consecuencias negativas para la salud, debido a las ondas electromagnéticas que emiten.
A diario se generan publicaciones a través de las redes sociales, en las que señalan los daños que podrían generar el uso prolongado de estos aparatos electrónicos, sin embargo, la gran mayoría carece de argumentación científica.
Primero, hay que definir qué son las ondas electromagnéticas, caracterizadas por una forma de energía que se propaga en el espacio. Según su frecuencia y potencia, se clasifican en ionizantes y no ionizantes.
Las primeras son capaces de romper los enlaces químicos del ADN y causar daños celulares, como las radiaciones gamma o los rayos X. Las segundas no tienen esa capacidad, pero pueden generar calor y alterar el funcionamiento de algunos tejidos, como las radiofrecuencias o las microondas.
Los equipos celulares e inalámbricos de empleo común, se clasifican entre los de frecuencias no ionizantes, por lo que se presume no causan daño a los tejidos del cuerpo, por lo menos no en un uso moderado.
De hecho, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), dependiente de la OMS, clasificó en 2011 a las ondas electromagnéticas de los celulares como posiblemente carcinógenas para los seres humanos. Esto significa que hay evidencia limitada de que puedan causar cáncer en humanos, pero no suficiente para confirmarlo.
SIN EVIDENCIAS
El doctor Ramón Rubio, presidente del Colegio de Médicos del estado Aragua, indicó que, aunque existen algunos estudios sobre este tema, “ninguno llega a ser concluyente”, por lo que no se puede asegurar, desde un punto de vista objetivo, que estas radiaciones generen un daño a los tejidos de los órganos o produzcan células cancerígenas.
Indicó que varios de estos estudios científicos han hallado asociación entre el empleo prolongado o intensivo del celular y el aumento del riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer, sin embargo, otros estudios no han hallado esa relación o presentan resultados que se contradicen.
Sin embargo, ante esta situación de incertidumbre científica, la OMS recomienda adoptar medidas preventivas para reducir la exposición a las ondas electromagnéticas de los celulares.
Entre algunas de estas está usar dispositivos manos libres o auriculares, mantener el celular alejado del cuerpo mientras no se usa, o cuando se envían mensajes de texto, limitar la duración y la cantidad de llamadas, y evitar usar el móvil en zonas con mala recepción.
Asimismo, la OMS realiza una evaluación formal de los riesgos a partir de todos los resultados de salud estudiados, en relación con las ondas de radiofrecuencia. Se espera que este informe se publique y que aporte más claridad sobre el impacto de las radiaciones electromagnéticas de los celulares en la salud humana.
EL DATO
Se calcula que entre un 5% y 10% de la población es electrosensible y entre los síntomas más frecuentes aparecen dolores de cabeza, insomnio, irritabilidad, depresión o mayor riesgo de cáncer, según reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS).2 |
Los teléfonos móviles son transmisores de radiofrecuencias de baja potencia, pues funcionan en un intervalo de frecuencias de entre 450 y 2700 MHz y tienen un pico de potencia que va de 0,1 a 2 vatios.
