El vapor de agua se ha venido usando desde hace mucho tiempo con fines estéticos, especialmente como tratamiento facial.
Diariamente el rostro está expuesto a las impurezas del ambiental, al final estas termina adheridas a la piel de la cara.
Por lo que muchos recurren a los vaporizadores fáciles, y es que con esta técnica se consigue mantener una piel limpia, purificada, suave y luminosa.
Existen contradicciones sobre el tema de los beneficios de las vaporizaciones faciales, algunos dermatólogos no recomiendan este procedimiento. Y es que afirma que al contrario de lo que muchos piensan, el vapor caliente no abre los poros, sino que los cierra por dilatación, hinchando las células de la capa superior de la epidermis.
Consideran que es completamente falso creer que el vapor libera la suciedad profunda de la piel, ya que es solamente la capa exterior de la misma la que se beneficia con sus efectos. Un exceso de vapor estimula la aparición de granos.
Mientras que existen otro grupo de especialistas que aseguran que el vapor si ayuda abrir los poros lo que contribuye a la eliminación de impurezas.
Está claro que el debate tiene sus aristas, pero ambos coinciden en un punto, y es que, el vapor que desprende un baño de agua caliente puede ser beneficioso para la piel del cutis.
Entre los beneficios que ofrece esta mejora la circulación, retirar los puntos negros, estimular la sudoración y ayudar a eliminar toxinas. Pero, ¡cuidado! no todos deben recurrir a este procedimiento en especial aquellos rostros que son sensibles y delicados.
