Las heridas en los niños son muy común sobre todo en aquellos en edad escolar, pues suelen ser muy inquietos e inexpertos a la hora de realizar algunas actividades que terminan en accidentes.
Los juegos de los niños como saltar, andar en bicicleta, patinar, o manipular objetos cortantes, etc., pueden resultar en un momento de angustia para ellos y sus padres, porque pueden exponerlos a accidentes, terminar heridos.
Es decir, con cortes, rasguños y rozaduras producidas por golpes, caídas, por la rotura de cristales, el uso de latas, cuchillos, tijeras, e incluso por algunas piezas de sus propios juguetes.
Las heridas en los niños
Generalmente los niños son más propensos a sufrir de lesiones que rompen la piel de forma superficial o profunda.
Cuando un niño se hace una herida, por lo general sangra y deja de utilizar la zona en la que se ha hecho daño.
En algunos casos, no requieren intervención médica, solo se deben limpiar y aplicar un antiséptico y proteger para evitar infecciones.
Mientras que en otros casos, las heridas profundas o graves será necesario llevar al niño al médico para que evalúe al infante.
La cura
Es indispensable que los padres, representantes y cuidadores de los niños conozcan los primeros cuidados que precisa una herida y cuáles convienen que sean supervisadas por un médico.
Si tiene un corte pequeño y sangra poco se recomienda:
1. Lavar la herida con agua para limpiarla de polvo y suciedad. Luego lavarla con un jabón suave y enjuagarla completamente. En el caso de heridas pequeñas no es necesario siempre utilizar una solución antiséptica.
2. Cubrir la herida con una banda adhesiva esterilizada, las famosas “curitas” o cinta de gasa esterilizada.
3. Examinar la herida diariamente. Si la venda se moja, se debe retirar y utilizar una nueva. Cuando la herida empieza a cicatrizar formando una costra no será necesario seguir cubriendo con una venda.
En caso de que sangre mucho debido a un corte grande o a un golpe fuerte se recomienda:
4. Lavar la herida cuidadosamente con agua. Así se verá mejor la herida y se podrá apreciar su tamaño.
5. Colocar un trozo de gasa esterilizada o un paño limpio cubriendo la herida. Si se puede, se elevará la parte del cuerpo del niño que esté sangrando a un nivel más alto que su corazón. Se debe evitar aplicar un torniquete.
6. Aplicar presión directa y uniforme sobre la herida durante 5 minutos, utilizando la palma de la mano sobre la gasa o el paño. Durante este tiempo, no es necesario revisar la herida o quitar coágulos de sangre que pueden haberse formado en la gasa.
7. Si la sangre empapa la gasa, no se debe retirar. Utilizar otro trozo de gasa encima de la anterior y continuar ejerciendo presión sobre la misma hasta que pare el sangrado de manera natural o sea atendido en una sala de urgencias.
Importante
Especialistas recomiendan que si la herida es grande y no se puede detener el sangrado después de 5 minutos de presionar o si la herida comienza a sangrar de nuevo se debe acudir a urgencias médicas.
De igual manera, si hay un objeto en el interior de la herida, no se debe retirar el objeto clavado si es grande y llevar a emergencia.
Por otra parte, cuando la herida es más grande de un centímetro o si parece profunda, pueden ocasionarse daños en los nervios o tendones, por lo que es siempre necesario que lo revise un médico.
Finalmente, en caso de que el niño con la herida sienta dolor se le puede dar un medicamento para aliviarlo como por ejemplo, ibuprofeno o paracetamol.
Esto debido a que como consecuencia de sufrir una herida, cabe la posibilidad de que el infante sienta dolor, pierda sangre, sufra una infección de la misma o se puede lesionar órganos cercanos como músculos, nervios o vasos sanguíneos.
Con Información del Diario 2001.
