En una medida pionera en el mundo, Bélgica ha legislado para tratar a la prostitución como cualquier otra profesión. La nueva ley proporciona a los trabajadores sexuales derechos a contratos laborales, seguro médico, pensiones y baja por maternidad y enfermedad. Este cambio sin precedentes siguió a la despenalización del trabajo sexual en 2024 y es fruto de intensas protestas en Bélgica tras una grave falta de apoyo estatal durante la pandemia de Covid-19, reportó la BBC de Londres.
Sophie, una trabajadora sexual y madre de cinco hijos, quien tuvo que volver a trabajar muy pronto después de dar a luz para poder subsistir, aplaudió la nueva ley, señalando que brinda la oportunidad a los trabajadores sexuales de “existir como personas”.
Erin Kilbride de Human Rights Watch, reconoció el movimiento legislativo como “el mejor paso que hemos visto hasta la fecha en cualquier parte del mundo” y pidió que más países sigan este camino.
No obstante, esta ley también ha atraído críticas. La voluntaria de Isala –ONG que ofrece ayuda a las trabajadoras sexuales-, Julia Crumière, señala que la medida podría normalizar una profesión inherentemente violenta. Victoria, presidenta de la Unión Belga de Trabajadoras del Sexo (Utsopi), difiere y señaló que la ley ofrecerá a los trabajadores sexuales una mayor seguridad y autonomía.
Según la iniciativa, los proxenetas operarán legalmente siempre que cumplan estrictas normas, y aquellos con condenas graves estarán prohibidos para emplear a trabajadores sexuales. Kris Reekmans, propietario de un salón de masajes eróticos con su esposa, anticipa que “muchos negocios tendrán que cerrar, ya que muchos empleadores tienen antecedentes penales”.
Aún con sus detractores, los partidarios de la ley creen que ésta reducirá significativamente el poder de los proxenetas sobre los trabajadores sexuales. En cuanto a otras medidas de seguridad, la ley estipula que todas las habitaciones en las que se presten servicios sexuales deben estar equipadas con un botón de pánico.
A pesar de la controversia, los trabajadores sexuales ven en esta la disminución de la explotación, la promoción de condiciones laborales seguras y la oportunidad de vivir su profesión con mayor dignidad y respeto.