Durante años, las advertencias sobre la adicción tecnológica se centraron en las redes sociales, los videojuegos y los teléfonos inteligentes. Pero ahora, un nuevo tipo de interacción digital empieza a despertar señales de alerta, y es precisamente la que se da entre humanos y modelos de lenguaje como ChatGPT.
Según una investigación conjunta del MIT Media Lab y OpenAI, utilizar intensivamente esta inteligencia artificial podría afectar el bienestar emocional y social de ciertos usuarios, en especial de aquellos más comprometidos con el sistema.
Usuarios podría crear con ChatGPT vínculos no saludables
ChatGPT se volvió una herramienta habitual para millones de personas. Está presente en oficinas, escuelas, redacciones, consultas legales y hasta en conversaciones personales durante el tiempo libre.
Su habilidad para mantener diálogos fluidos y ofrecer respuestas contextualizadas lo ha convertido en una suerte de asistente digital confiable. Pero esa misma capacidad para simular compañía, empatía o entendimiento, también puede generar vínculos que no siempre son saludables.
ChatGPT no fue diseñado como sustituto emocional, pero su estructura conversacional y su disponibilidad constante lo colocan en una posición singular.
A medida que más personas interactúan con modelos como este, los investigadores sugieren prestar atención no solo a lo que hacen, mas bien a cómo nos hacen sentir.
Una herramienta útil puede convertirse en una compañía persistente, y esa compañía, si no se administra con cuidado, podría ocupar espacios que antes estaban reservados a vínculos humanos.
Con información de Infobae