||Mariángel Oyarvez
Varios connacionales compartieron su vivencia con respecto a la situación, destacaron los retos legales, la influencia de las redes sociales en las percepciones y el impacto de beneficios como el TPS
Tres venezolanos que emigraron a EE UU compartieron sus historias y perspectivas críticas con respecto a la situación migratoria y coinciden en un punto: las redes sociales y los mensajes políticos alimentan desde la desinformación hasta el terror entre los extranjeros y los ciudadanos americanos.
Juan Silva y su tío Guillermo Silva son los únicos venezolanos que trabajan en una tienda especializada en artículos deportivos, caza y espacios al aire libre, que tiene más de 150 franquicias entre Estados Unidos y Canadá. Ambos enfrentaron procesos migratorios para trabajar de manera legal; sin embargo, Guillermo, afrontó en marzo del 2025 una «situación traumática» cuando sus empleadores le advirtieron que debía retirarse de la tienda ya que su Estatus de Protección Temporal (TPS) se vencía el 25 de abril.
Para febrero de 2025 la administración Joe Biden extendió este permiso por 9 meses, es decir, todo migrante que tuviese su TPS a punto de vencer, tendría el beneficio de contar con más tiempo para gestionar otro. La confusión generada por las políticas migratorias de la reciente administración de Donald Trump afectó su empleabilidad.
“Lo que pasa es que el gobierno de Estado Unidos ha tenido unas reacciones agresivas que ha generado que los ciudadanos americanos tomen una postura reactiva. Para las tiendas, por ejemplo, el gran miedo es que el Gobierno Federal los multe, entonces prefieren no asumir ese riesgo, pero el trabajo es un derecho” explicó Juan Silva.
Los dueños de la tienda no tenían conocimiento de la extensión del TPS y citaron a Guillermo para que dejara de trabajar. Fue Juan, por su conocimiento del idioma y rol de confianza en la empresa, quien medió entre ambas partes y explicó la extensión legal.
De acuerdo con Juan Silva, la incertidumbre llegó al punto de que inspectores de inmigración llegaron al local interrogando sobre algunos de sus clientes latinos, lo que llevó a la tienda a establecer un protocolo: “Negarse educadamente a entregar información de clientes sin Warrent” (orden judicial).
«Nosotros nos sentimos seguros porque no hacemos nada malo, pero son estas cosas las que dejan un mal sabor de boca y hace pensar que pagamos todos juntos por pecadores» explicó Silva.
DEMASIADO TIEMPO
Con 14 años en EE UU, Amarú Caraballo narró que su TPS demoró más de 150 días en ser procesado, lo que consideró como “demasiado tiempo”. Explicó que el tema de migración es claro: Si entras por la frontera, eres ilegal, aunque te permitan presentar tu caso.
“Lo que en miles de ocasiones no te dicen es que en muchas empresas donde comienzan a trabajar, quienes no tienen permiso de trabajo, es que lo hacen con el Social Security de otra persona. Eso es un delito regular y pone en riesgo alguna solicitud” detalló Caraballo.
El Social Security (seguro social) es un sistema federal en Estados Unidos que ofrece protección económica a los ciudadanos y residentes legales en casos de jubilación, discapacidad, fallecimiento del proveedor familiar u otras situaciones críticas.
Por otro lado, explicó que la desinformación a través de las redes hace pensar “que las cosas están peor para los latinos en Estados Unidos, pero en realidad ahora hay más apoyo a los migrantes, me atrevo a decir que incluso más que al ciudadano nativo».
“EL TEMA DE LA MIGRACIÓN NO ESTÁ SOLUCIONADO”
Mireya Prieto, residente de Miami (Kendall), lleva 10 años en EE UU, llegó tras la aprobación del proceso de reunificación familiar iniciado por su hija. Tras 18 meses, su caso prosperó mientras la embajada estadounidense aún operaba en Venezuela. “Ahora, si yo quiero pedir a mi hijo, no puedo” detalló.
De acuerdo con Prieto, los «rumores» de redadas la ponen en alerta; sin embargo, hasta los momentos no ha tenido incidentes personales.
Prieto explicó que desde su perspectiva la situación migratoria no es un asunto que se haya solucionado, ya que, con el tema del trabajo, hay ciertos oficios que “no hacen los norteamericanos”, sobre todo dentro de los restaurantes.
“Hay muchos latinos ilegales cubriendo los puestos que los norteamericanos no quieren”, contó Mireya. Su caso destaca el papel de la familia como pilar para acceder a los permisos migratorios, aunque reconoce: «Hay miedo constante, como si vivieras en la sombra».
Estas historias evidencian la complejidad de la migración venezolana en EE UU. Mientras políticas como el TPS ofrecen esperanza, la incertidumbre jurídica, el lento procesamiento de documentos la ahogan.