Varios miles de personas se concentraron el jueves en diferentes puntos de Ciudad de Panamá y marcharon pacíficamente hacia la presidencia en rechazo a un contrato minero firmado por el gobierno con una empresa canadiense para seguir extrayendo por 20 años cobre en una amplia zona boscosa.
La llovizna que caía sobre la capital y la periferia no frenaron las protestas que se mantienen desde el lunes. Tampoco la evidente falta de transporte público. Los panameños se volcaron, como en días anteriores a manifestarse, luego de que el presidente Laurentino Cortizo sancionara y promulgara el viernes pasado con rapidez la ley del contrato.
El acuerdo con una subsidiaria de la minera canadiense First Quantum Minerals había sido aprobado antes por el Legislativo, a pesar del rechazo popular a la estrategia extractivista por sus riesgos al medioambiente.
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