|| Yosimary Meneses
La vedette y actriz mexicana, Lyn May, ha sido una de las figuras más controversiales en el mundo del espectáculo por sus numerosas transformaciones estéticas. Durante sus primeros años en la industria del entretenimiento, la también bailarina se destacó por su destreza en el baile que la convirtieron en una estrella en ascenso. En estos años, su apariencia natural y su carisma eran suficientes para mantenerla en el centro de la atención pública.
Una de las transformaciones más notorias y trágicas en la vida de Lyn May fue el resultado de inyecciones de una sustancia que, según ha relatado, le aplicaron bajo la promesa de rejuvenecimiento. Estas inyecciones contenían aceite de bebé, una práctica peligrosa y no regulada que le causó severos daños en el rostro.
El uso de estas sustancias ilegales y no aprobadas médicamente derivó en deformaciones faciales que la han acompañado desde entonces. La propia Lyn May ha hablado abiertamente sobre el dolor físico y emocional que estas malas prácticas le han ocasionado, y su historia se ha convertido en un ejemplo de los peligros de someterse a procedimientos estéticos sin la supervisión adecuada.
Sin embargo, a pesar de los problemas que esto le generó, la vedette confesó que se ha sometido a más de 50 cirugías, entre las que destacan las del rostro, las del busto y se colocó rellenos de polímeros en los glúteos. Recientemente, la vedette, de 71 años, reveló que se encuentra hablando con un especialista de Los Ángeles para lograr mejorar el aspecto de su cara y que incluso ya se encuentra eliminando algunas imperfecciones.
